International Congress of Profiling & Criminal Behavior Analysis in Violent Crimes. El congreso es un punto de encuentro académico y profesional cuyo eje central está en el análisis de la conducta criminal.

El delincuente del s.XXI exige un nuevo enfoque de la perfilación criminal

24 noviembre 2015

Casos más globales, la irrupción de las nuevas tecnologías, además de conductas delictivas cada vez más complejas plantean nuevos desafíos a los profesionales del análisis de la conducta criminal.  Por ello, el 1st International Congress of Profiling & Criminal Behavior Analysis in Violent Crimes dejó patente la necesidad de una mayor colaboración entre los especialistas en criminalística y los cuerpos policiales, así como la incorporación de nuevas técnicas en los procesos de investigación.

James McNamara, supervisory special agent FBI –retired– de la Unidad de Análisis del Comportamiento del FBI, abrió la primera edición del International Congress of Profiling & Criminal Behavior Analysis in Violent Crimes, organizado por el Grupo de Estudios Avanzados en Investigación y Perfilación Criminal de la Facultad de Derecho de la Universidad de Barcelona en colaboración con el Instituto de Formación Continua (IL3-UB) de esta casa de estudios, constatando el avance de las técnicas de perfilación criminal a nivel local:

“Si en 1997 la participación de profesionales españoles en los diferentes foros de análisis de la conducta criminal era prácticamente inexistente, hoy son reconocidos a nivel mundial”.

Conferencia del ex agente del FBI James Mcnamara

Conferencia del ex agente del FBI James Mcnamara

Con más de 13 talleres programados, dos días de conferencias abiertas y la participación de académicos, expertos independientes y especialistas de cuerpos policiales como los Mossos d’Esquadra, Guardia Civil, Policía Nacional y la Policía de Rotterdam, el encuentro ahondó en asuntos como los homicidios sin cuerpo –analizando el Caso Imperium de España–, geolocalización para la resolución de crímenes en serie, perfilación sicológica del agresor sexual infantil,  errores en la evaluación de este tipo de delitos, técnicas del CSI en delitos contra los animales, asesinos en serie en países árabe-islámicos, perfiles criminales como prueba forense, ciberdelincuencia e implicaciones de la fantasía en la violencia sexual, la utilidad de la prisión permanente revisable en delincuentes violentos o  técnicas de evaluación de las amenazas.

Homicidios sin cuerpo

Dada la complejidad para su investigación y justificación ante la justicia, el análisis de la experiencia de James McNamara sobre los homicidios sin cuerpo en Estados Unidos fue uno de los asuntos que mayor interés centró entre los asistentes.

Según detalló el experto, el abordaje que se hace de este tipo de investigaciones ha tenido un gran avance a nivel europeo: “En 2002 no había constancia de este tipo de casos en Europa, hoy policías como la española, la francesa o la austríaca lideran estas investigaciones”. En el caso particular de Estados Unidos, McNamara está convencido que muchas de las desapariciones no resueltas corresponden a homicidios sin cuerpo, casos que tienen características muy determinadas

  • En el 90% de las ocasiones corresponden a delitos del ámbito doméstico
  • La víctima suele ser una mujer entre 18 y 40 años
  • Su asesino es alguien cercano sin ningún tipo de experiencia en este tipo de conductas ni perfil sicopático
  • El cuerpo es enterrado en un lugar conocido y habitual para el criminal

La clave de la investigación de estos delitos está en “demostrar que alguien no está vivo, contrariamente a como se realiza en las investigaciones tradicionales que se centran en desvelar el cómo y el porqué la víctima está muerta”. Para ello, tal y como explicó McNamara, se utilizan técnicas que sin ser específicas son determinantes:

  • Análisis del entorno habitual de la víctima: si utiliza o no tarjetas, si toma su medicación, si visita a familiares o conocidos…
  • Construcción de perfiles de las personas del entorno de la víctima para individualizar posibles líneas de investigación

El verdadero desafío para la investigación es su articulación durante el juicio: encontrar otros indicios que a pesar de no tener el cadáver sean capaces de demostrar que el acusado es culpable”, comentó el Sargento Pere Sànchez, jefe de la Unidad Central de Personas Desaparecidas (UCPD) de los Mossos d’Esquadra, en la mesa redonda que siguió a la intervención del agente del FBI.

En este sentido, el fiscal Manuel Sancho de Salas de la Fiscalía de Barcelona destacó la importancia que todos los agentes implicados en el proceso reconozcan la diferencia que existe entre “cuerpo del delito” y “cadáver” –“no se necesita cadáver para plantear una acusación por homicidio”– y que dada la inexistencia de un marco legal más actual –la Ley por la que se rigen este tipo de investigaciones data de 1872 y no hace referencia alguna a los procesos– “el marco debe estar dado por la legalidad constitucional con el objetivo de asegurar que este tipo de condenas o puedan ser revocadas”.

Por ello, tal y como explicó Sànchez, es fundamental para los profesionales de la criminalística reconocer desde un inicio que se enfrentan a este tipo de casos “siendo capaces de reunir varios medios de prueba, obtenidos a través de prueba directa, que permitan dar forma jurídica al delito”, tal y como se hizo con el con el Caso Imperium  la primera condena en España por doble homicidio sin que se encontraran los cadáveres ni se haya proporcionado otra prueba directa.

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