Dra. M. Luisa Solé Moro.. Directora del Máster en Dirección y Gestión del Marketing

Profesora titular de la Universitat de Barcelona.

Responsable de Relaciones Institucionales del Observatorio de Economía Internacional y Miembro de la Asociación Española de Marketing Académico y Profesional AEMARK

Cuando la realidad es líquida y cambiante

17 abril 2012

Hay que reconocer que hoy en día vivimos con más intensidad, y los conceptos de tiempo y espacio se han pulverizado.

Recuerdo cuando la publicidad se inició en España, en el siglo pasado (años 1975-1980). Las imágenes eran lentas, en blanco y negro. Los mensajes eran simples, funcionales, no había emoción, ni movimiento.

Cualquier mensaje que salía por televisión nos lo creíamos.

Hoy en día nuestro mundo es global, hiperconectado, con múltiples canales de comunicación. ¿En qué hemos cambiado? O mejor deberíamos decir en qué no hemos cambiado.

Parémonos a pensar un momento.

Las relaciones humanas se han visto claramente influidas por múltiples factores tales como la incorporación de las mujeres al trabajo o los equipos multiculturales, tan útiles a la hora de crear nuevos conceptos de producto. Por otra parte, la inseguridad laboral nos ha hecho movernos hacia otros mercados y la población española, antes inmovilista, está saliendo al exterior.

Aproximémonos también a los cambios en el entorno económico. El polo económico, antes centrado en los Estados Unidos, ha ido virando hacia otros países emergentes como China, Brasil, Rusia, Sudáfrica o Corea.

En Estados Unidos, Europa y, sobre todo, en España, con la desaceleración económica ha aflorado con fuerza el concepto del low cost aplicado a varios mercados. Las marcas pujantes en estos momentos pertenecen a empresas dirigidas al ahorro, como cadenas hoteleras que aportan más funcionalidad que valor añadido (Room Mate), marcas del sector textil como Mango, Zara o H&M, peluquerías como Easy Cut, compañías aéreas como Ryanair, o mobiliario del hogar como IKEA.

En este sentido también hay que recordar el gran impacto que está teniendo en nuestros días el desplazamiento de compra de las marcas de fabricantes a las marcas de las cadenas de la distribución. Es interesante destacar la experiencia de la marca Danone al crear sus “yogurterías”. Su apuesta ha sido combinar sus productos en el retail y tener un “pie en la calle” con su tienda propia como escaparate y fuente de relación e interactuación con los clientes.

Las tecnologías…. qué decir de las tecnologías. En primer lugar, hemos añadido palabras nuevas a nuestro vocabulario: cloud computing, dropbox, androids, realidad aumentada… Todo ello nos ha llevado también a crear nuevos puestos de trabajo, como los community manager, para gestionar las redes sociales.

Internet también ha impactado de forma relevante en la distribución. Desde la aplicación de Internet para la mejora de la gestión en el punto de venta (category management), como el conocimiento del comportamiento del consumidor (ECR).

Por otro lado, Internet ha facilitado la aparición del comercio electrónico, tan implantado en ciertas categorías de mercado como la comercialización del sector turístico y, por extensión, de otras actividades relacionadas con el ocio (reservas de hoteles, aviones, restauración…).

Todas estas reflexiones sobre el cambio nos obligan a no a quedarnos sentados tirando la toalla… Nos obligan justamente a pedalear sentados en nuestra bicicleta para no caernos en marcha. Saber adaptarnos a los entornos cambiantes nos hace ser líquidos… y trabajar continuamente. Como decía Pablo Picasso: “que la inspiración nos coja trabajando”.

 

 

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1 Comentario

Manuel Sánchez - Desarrollo Personal

Efectivamente, hoy en día el cambio es acelerado y las empresas cada vez más se están dando cuenta que necesitan presencia en internet porque es aquí donde las personas cada vez pasan más tiempo.

Además, la publicidad online todavía es mucho más barata que los medios tradicionales como la televisión o la radio. El éxito en el marketing como en otros ámbitos de la vida consiste en fluir y no resistirse al cambio.

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