Las tipografías y el mito de la gratuidad

20 octubre 2016

Google acaba de presentar, una tipografía que pretende ser útil para cualquier idioma. La fuente se denomina “Noto”, de “no more tofu” (como respuesta al “tofu”, la pequeña caja que aparece ante caracteres que el dispositivo no puede mostrar por no disponer de la fuente).

Esta fuente, como tantas otras, es de uso gratuito, pero esto no implica una falta de protección jurídica. Para tratar sobre las bases de la protección legal de las tipografías, contamos con la visión de Pierre-Yves Dupont, un joven jurista francés miembro de la asociación “Juristes du Numérique” que visitó Barcelona en el marco de su formación en Derecho Digital

Según Peter Bil’ak, fundador de Typoteque.com y creador de varias tipografías, la red es víctima de una mentalidad colectiva que califica de ‘everything on the web should be free’ attitude. En otras palabras, se tiende a pensar que aquello que se encuentra en internet puede usarse como a uno le parezca, y gratuitamente. Las palabras del diseñador se unen al mito actual de que las tipografías serían libres de derechos de autor.

Ahora bien, esta creencia es completamente errónea. Del mismo modo que las pistas de música o las películas, las tipografías están protegidas por las reglas de propiedad intelectual.

Las tipografías, todo un arte

¿Habéis intentado elaborar una tipografía completa? Para la mayoría, es evidente que no. Para los valientes que lo hayan intentado, ya os habréis dado cuenta que la tarea queda lejos de ser sencilla. Se requieren tiempo y competencias particulares. La materia incluso cuenta con su propia jerga: se habla de “monoespaciado” para referirse al tipo de letra con caracteres de la misma anchura, o de “gracia” o “serifa” para hablar de sus extremidades.

Desde el punto de vista jurídico, el Código francés de propiedad intelectual protege, en su artículo L112-1, toda obra intelectual, sea cual sea su género, forma de expresión, valor o destino. El artículo L112-2 continúa considerando como tales “las obras gráficas y las tipográficas”. De este modo, las fuentes tipográficas cuentan con una protección completa.

[Nota: En el marco jurídico español, las tipografías no se mencionan en la Ley de Propiedad Intelectual, sino que se enmarca en la Ley de Diseño Industrial. Esta es la protección seguida por numerosos casos que constan registrados como diseño industrial en la OEMPS.

Sin embargo, si las tipografías cuentan con la suficiente creatividad y originalidad, nada impide que tengan protección como propiedad intelectual. La propia Ley de Diseño Industrial admite que ambas protecciones son compatibles (Disposición Adicional 10ª). Encontramos un ejemplo en la Sentencia 250/2013 de la Audiencia Provincial de Madrid (28ª), que consideró una tipografía como objeto de propiedad intelectual.]

Tipografía Derecho Digital

Un criterio de originalidad difícil de demostrar

Para ser objeto de la protección de propiedad intelectual, toda obra debe presentar un carácter esencial: el criterio de originalidad. Atención, la originalidad no se refiere a la novedad. Hablamos aquí de originalidad en el sentido jurídico del término; la obra debe llevar la huella de la personalidad de su autor. Esta originalidad debe ser apreciada por los Tribunales en caso de litigio.

La originalidad, sin embargo, es difícil de captar en atención a las especificidades de las tipografías. En efecto, las imágenes objeto de protección no son más que las letras del alfabeto. Así, parece difícil diferenciar dos fuentes gráficamente muy cercanas, al tiempo que, para alguien dotado con las competencias adecuadas, puede ser fácil modificar ligeramente una fuente existente y reivindicar su originalidad. Como consecuencia perjudicial, resulta fácil piratear, plagiar y apropiarse de tipografías en Internet. Estos actos fraudulentos están aún más presentes en Estados Unidos, por la ausencia de definiciones o estándares que permitan evaluar el grado de originalidad de una nueva tipografía.

Un sistema frágil…

En un momento en que el pirateo de obra está a la orden del día, el efecto para las tipografías no es menor. Hay que considerar muchos factores.

De entrada, existe una confusión entre los usuarios. Muchos sites permiten descargar gratuitamente ciertas fuentes. Junto a estas, otras páginas ofrecen tipografías no libres de derechos, para las que se requiere una remuneración al diseñador. Según un artículo de The Wired, el precio de las licencias tipográficas puede ir desde los 99$… ¡hasta los 50.000$ por una tipografía creada específicamente a demanda de una gran empresa!

Asimismo, un informe de 2013 subraya que los términos de licencia de las fuentes tipográficas son a menudo poco claros o incomprensibles. Según este informe, más del 80% de los propios diseñadores no leen correctamente estas licencias y, de los que las leen, el 78% las encuentran poco claras.

… conduciendo fácilmente a errores

En 2009 en Estados Unidos, The Bureau Font (uno de los líderes americanos de la tipografía) arremetió contra NBC Universal. Esta habría pagado una única licencia por un número limitado de fuentes. La licencia permitía la instalación de las fuentes en un solo ordenador. Sin embargo, la NBC se extralimitó en los derecho acordados por The Font Bureau e instaló las tipografías en varios ordenadores. Igualmente, decidió usar fuentes para las que no tenía ningún derecho. Entonces, la empresa titular de los derechos demandó no menos que 2 millones de dólares a título de reparación, pero el litigio todavía no ha sido resuelto por los tribunales, como a menudo sucede en estos casos.

En 2010, esta vez en Francia, fue la propia HADOPI (Alta Autoridad para la difusión de obras y la protección de derechos en Internet) la acusada de haber pirateado una tipografía. Al crear su nuevo logo, HADOPI habría usado una fuente estrictamente reservada a France Telécom.

[Y en España, volviendo a la sentencia antes referenciada de la AP Madrid: en ese caso se reconoció una tipografía como objeto de Propiedad Intelectual… pero se desestimó que Renault hubiera infringido los derechos del autor, al tratarse de un uso consentido.]

Si no estabas al corriente de la protección de las fuentes tipográficas, puedes estar tranquilo: no eres el único. Pero a partir de ahora, ¡ya no podrás decir que no lo sabías!

Artículo original: Les polices de caractères et le mythe de la gratuité

Adaptación y notas: Miquel Vidal López

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