Sr. Salvador Puntes. Director del Máster en Gestión y Resolución de Conflictos: Mediación

Licenciado en Psicologia. Profesor de la Universidad de Barcelona. Director de la Unidad Académica de Mediación del IL3-UB. Responsable pedagógico del Máster Europeo de Mediación

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Mediación hipotecaria

29 mayo 2012

La  crisis económica ha causado, entre otros, un grave conflicto con respecto al pago de las hipotecas. La sobretasación de las viviendas y la facilidad para obtener préstamos hipotecarios llevaron a muchas familias a endeudarse, racionalmente en su momento, pero lejos de su situación económica real cuando las condiciones macro y micro financieras pusieron al descubierto el alza de los tipos de interés, la perdida del valor de la vivienda y una situación de paro y precariedad laboral.

Muchas familias se han enfrentado, se enfrentan y se enfrentarán a la dificultad de pagar las cuotas mensuales y, con ello, a un requerimiento judicial para liquidar la deuda o perder la casa (con el agravante de que no existe como práctica habitual la dación en pago, hecho que condena a las familias a perder la vivienda, pero a mantener la deuda con la entidad bancaria).

Según los datos presentados por el Consejo General del Poder Judicial, durante el primer semestre de 2011 se iniciaron 32.000 procedimientos de desahucio en España, casi tantos como en el 2009 (33.918, que se acercaron al récord de 2010 con 47.809 procedimientos). Por otro lado, las ejecuciones hipotecarias han aumentado en el segundo trimestre de 2011 un 16,4% con respecto al mismo periodo de 2010.

Para abordar este problema, recientemente han surgido iniciativas que intermedian o negocian con las entidades financieras fórmulas que permitan a las familias mantener su vivienda habitual. Ofideute, Cáritas y los ayuntamientos de Barcelona, Sabadell y Terrassa ofrecen servicios de mediación para ayudar a las familias que se encuentran en esta situación. Si bien todas estas iniciativas son necesarias y válidas per se, es discutible que utilicen la palabra mediación para definir sus servicios. Ninguna de las características del trabajo que realizan estas entidades refiere a la mediación. Las personas implicadas en el conflicto no lo gestionan por sí mismas, el representante propone opciones de solución, no se sigue ningún proceso de mediación y, en la mayoría de las iniciativas, los que negocian no tienen capacitación en mediación. Estamos ante una actividad de conciliación, negociación, buenos oficios y, por qué, no un digno trabajo social.

La mediación como sistema de gestión de conflictos hipotecarios sí que funciona en otros países. Concretamente en México han puesto en marcha a través de los centros de mediación estatales y, en especial, del INFONAVIT, un programa de mediación para hacer frente al conflicto. ¿Cómo? Desarrollando leyes que regulan la mediación pública y privada en el ámbito mercantil y civil, regulando los requisitos para ser acreditado mediador (formación, titulación, experiencia, etc.) y dando a los acuerdos de mediación el valor de sentencia judicial. El INFONAVIT, con seis millones de créditos hipotecarios por valor de 60 mil millones de euros, está desarrollando un programa nacional de mediación para resolver, en primera instancia, setenta mil conflictos por impago. Hasta el momento las cifras son elocuentes: el 98% de los conflictos se resuelven con mediación. Casi el cien por cien de las familias que acuden a la mediación, o no pierden su vivienda, o acuerdan una solución que no hipotecará de por vida su economía, sus relaciones, su salud y, en definitiva, su vida.

El ejemplo mexicano nos hace reflexionar sobre lo que estamos haciendo aquí, pero también, y esto sí que es paradójico, cabe resaltar que una parte importante de este gran proyecto se construye con el conocimiento y la experiencia generados en la Universitat de Barcelona.

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2 Comentarios

Isidro

Desde luego todo es más fácil con la implicación de todas las partes.

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