Actualmente ya se dispone de evidencias empíricas que demuestran los efectos positivos de las competencias emocionales en las organizaciones. Estos efectos se dejan sentir en aspectos como los siguientes que se citan a título de ejemplo. Por una parte en el clima emocional de la organización. ¿Cómo queremos que sea este clima? En muchas empresas se caracteriza por producir ansiedad, estrés y depresión, lo que ha provocado que actualmente más del 50 % de las bajas laborales sean de carácter psicosocial; precisamente por causa de esta ansiedad, estrés y depresión. Esto tiene elevados costes para la empresa y para el país. En las organizaciones emocionalmente inteligentes, estas bajas se reducen considerablemente, y es una forma de evaluar el ROI (Return of Investment), o retorno de la inversión en la formación. Por otra parte, las competencias emocionales son un factor esencial de cara a aumentar la fidelización del cliente, lo cual tiene efectos en los ingresos de la compañía. Otro aspecto es la reducción de los conflictos y su gestión positiva cuando se producen. Tal vez uno de los aspectos más positivos sea el aumento del bienestar emocional de los empleados y la satisfacción en el trabajo, de lo que se derivan beneficios para el empleado y para la empresa.
¿Las organizaciones valoran este tipo de formación a la hora de contratar personal encargado de la gestión de equipos?
El mundo empresarial es muy diverso. Hay empresas que sí lo valoran, y mucho. Los programas de inteligencia emocional en las organizaciones surgieron hace ya una serie de años, y las evaluaciones han sido tan positivas que han producido una proliferación progresiva de los mismos. En muchas empresas, en el proceso de selección ya se tiene en cuenta la inteligencia emocional, ya que saben que esto influye en el rendimiento, en los ingresos y en la reducción de conflictos y de bajas laborales de carácter psicosocial. Sin embargo, también hay que dejar claro que muchos empresarios ni siquiera han oído hablar de inteligencia emocional. Otros pueden incluso tener una actitud negativa hacia ella. Estos últimos, en general, representan una clara manifestación más de ignorancia sobre el tema, que de rechazo sólidamente fundamentado. Cuando uno se informa, buscando argumentos y evidencias, se da cuenta de lo positivo que resulta desarrollar la inteligencia emocional en las personas, en los equipos y en las organizaciones.
Como dijo el sabio Aristóteles : «Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo.» (Wikiquote). Y esto implica, ciertamente, el valorar adecuadamente cada situación, para no sobredimensionarla y no darles respuestas exageradas, a cosas o situaciones que se pueden solucionar de una manera sencilla y sin fricciones. Ciertamente, el tener personas con una buena inteligencia emocional, proporciona no sólo una mejor fluidez en el trabajo, sino mayor fidelización en los clientes, y este personal, es de un gran valor para cualquier empresa. Este es un hecho, que hoy en día, no se puede ignorar.
creo quela inteligencia emocional todo depende de ello y nos facilita la forma de afrontar diferntes situaciones del medio vivir ., de trabojo .es como lo que nos motiva a hacer las cosas .
Interesante, la resiliencia como se conoce a la capacidad de asimilar las experiencias tanto placenteras como frustantes , que desde luego tienen que ver con la Inteligencia Emocional , esta definitivamente tomando auge ,pero como dice el Dr. ni siquiera los Directores,Gerentes mucho menos los Empleados tienen conocimiento de ello, asi pues creo que existe una gran tarea que desarrollar por las personas directamente involucradas en la expansion del conocimiento. Gracias.