Acupuntura, la pieza que me faltaba para el arte de acompañar en la enfermedad y en la muerte.

Desde pequeña he sentido curiosidad por entender cómo enfermamos y por qué lo hacemos. He pasado la adolescencia estudiando medicina y muchísimas horas de mi juventud en el hospital.

Mientras estudiaba la especialidad de medicina de familia, comencé a darme cuenta de que hay cuestiones que se me escapaban de las manos: síntomas que no se resolvían, enfermos que no tenían cubiertas sus necesidades, polimedicación… Las razones son múltiples: no disponemos de tiempo suficiente, acompañamos a los enfermos en la cronicidad, los aspectos emocionales los abordamos como podemos… Así que me puse a buscar nuevas maneras de percibir la salud y la enfermedad. Buscaba algo que ampliara mi visión del paciente para poder entenderlo de forma más global y también quería poder hacerlo en cualquier parte del mundo y sin un gran equipamiento. Me pareció que la acupuntura era una de las piezas que me faltaba para ir construyendo este puzle del arte de acompañar en la enfermedad y en la muerte.

La nueva perspectiva de la medicina tradicional china me atrapó desde las primeras clases.

Es una técnica milenaria que aporta una visión más integradora del ser humano; este es un microcosmos dentro del macrocosmos que nos rodea, es por eso que las estaciones del año y el tipo de alimentación tienen una fuerte influencia en la salud, cosa que en occidente no se tiene mucho en cuenta.

La acupuntura entiende que hay un flujo de energía (Qi) que circula por el cuerpo a través de unos canales llamados meridianos, que conectan los órganos y las estructuras de nuestro organismo. El acupuntor regula nuestro estado energético, insertando agujas estériles y de un solo uso en puntos concretos del cuerpo que tienen unas funciones determinadas y que regulan nuestro estado energético y, en consecuencia, el organismo y las emociones. También se puede utilizar la moxibustión con los puros de artemisa o la electroacupuntura en determinados casos.

La OMS ha reconocido un listado de enfermedades que pueden ser tratadas con acupuntura y también recomienda que sea una técnica realizada por médicos acreditados, dado que no es una técnica exenta de efectos secundarios y requiere una historia clínica completa y un buen diagnóstico diferencial.

Estos tres años de máster han sido muy intensos y hemos tenido que estudiar mucho, pero siempre acompañados por nuestros maestros que nos han transmitido su pasión por la medicina tradicional china. Del grupo de clase, hay tantas anécdotas para explicar y tantos momentos vividos que mejor os dejo una imagen enseñando la lengua a nuestro tutor de clase ;-)

En los primeros años, la familia y amigos temblaban cuando nos veían llegar con las agujas, pero ahora son ellos los que piden la acupuntura los domingos por la tarde. Incluso mi hija de 3 años sabe dónde están los puntos para tratar el resfriado y la fiebre, pero no conoce la consulta de la pediatra. Ahora que he terminado el máster puedo decir que he crecido personalmente y profesionalmente.