Management

Cómo emprender en un entorno de cambio acelerado y de transformación digital

El cambio ha llegado para quedarse y es necesario adaptarse e innovar. Con este punto de partida, se llevó a cabo el webinar ‘Emprender en un entorno de cambio acelerado y de transformación digital’, en el marco del Máster en Business Innovation del IL3-UB, que consistió en un diálogo entre los dos actores principales detrás cualquier start-up: por un lado, un inversor profesional y profesor del MBI, Juan Martínez de Tejada Domenech y, por otro, un emprendedor, Carlos Riopedre Saura.

Con más de veinte años de experiencia en el mundo de las start-ups, ambos ponentes intercambiaron sus experiencias, ideas y visiones sobre los aspectos principales que cualquier emprendedor debe tener en cuenta a la hora de impulsar un proyecto en un ecosistema de innovación. Entre ellas, el perfil que debe tener un emprendedor, los pasos a seguir para crear una empresa, la importancia de crear buenos equipos, las tecnologías y posibilidades que se abren con el nuevo entorno digital, las posibilidades de financiación y las expectativas de los inversores.

Las soft skills necesarias para emprender

Tal como indicó Carlos Riopedre Saura, un perfil de emprendedor no sólo debe contar con conocimientos técnicos sino “sobre todo con un conjunto de soft skills que le permitirán afrontar los avatares que conlleva cualquier proceso de emprendeduría”. Entre ellos, no sólo la resiliencia sino también el tener una visión muy definida, un convencimiento de que esa visión puede aportar una solución a la sociedad, y una idea de cómo ejecutarla.

Por otra parte, Juan Martínez de Tejada Domenech destacó como una capacidad diferencial de los emprendedores, el poder gestionar la incertidumbre y de atacar los problemas en paralelo y no en serie. Es decir, “no esperar a resolver una cuestión para avanzar con la siguiente, sino hacerlo de forma simultánea”. A su vez, ambos ponentes coincidieron en la necesidad de que tanto el emprendedor como su equipo tengan un amplio conocimiento de las nuevas tecnologías digitales para incorporarlas en el modelo de negocio y en toda la cadena de valor.

Asimismo, Juan Martínez de Tejada Domenech resaltó la necesidad de contar con capacidades de gestión, sobre todo en el medio y largo plazo. Por su parte, Carlos Riopedre Saura matizó que “muchas veces cuando se empieza el riesgo es poner demasiado orden en los procesos desde un principio”, y explicó que, aunque el orden siempre es bueno, lo ideal es ir estructurando e incorporando esos procesos a medida que va creciendo y escalando la compañía, sobre todo para fomentar la creatividad y no perder la cultura de la empresa y el potencial de innovación.

Hacer los sueños realidad: cómo plasmar y financiar una idea

En cuanto al proceso de transformar la idea en una solución comercial, indicó que es fundamental estudiar el mercado desde una etapa temprana para poder ajustarse a sus necesidades y desarrollar una estrategia y diseño de precios que permita obtener el máximo beneficio posible. Este aprendizaje debe ser constante, para poder reinventarse de forma continua, en función de los cambios que haya en el mercado.

La revolución digital que estamos atravesando de forma tan acelerada ofrece grandes oportunidades, ya que introduce una escalabilidad mucho mayor, es decir, la posibilidad de pensar soluciones nativas digitales de alcance global desde el inicio, al eliminar la intermediación y maximizar la captura de valor en la propia compañía.

En cuanto a la problemática de la financiación, Carlos Riopedre Saura indicó que “la valoración de las start-ups puede pensarse como una carrera contra la incertidumbre”, en donde, a medida que se van alcanzando hitos y avanzando en las distintas etapas, disminuye el riesgo, aumenta la valoración y se amplía el ecosistema de posibles inversores.

Mientras que en las primeras fases, las fuentes de financiación más comunes son el círculo cercano y las ayudas o subvenciones, una vez que la start-up se consolida entran en juego otro tipo de fuentes de financiación más sofisticadas, como los fondos de capital semilla, más adelante los venture capital y, finalmente, llegar a cotizar en el mercado de valores.

Finalmente, se insistió en la importancia de la cultura de la empresa. En este sentido,  Juan Martínez de Tejada indicó que “Para que una start-up sea capaz de transitar por todas las fases y sea exitosa, es importante que se imponga una cierta cultura, unos valores, y sobretodo un propósito que debe ser compartido por toda la organización”.

IL3

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