Recursos Humanos

Comprender la Gestión de Recursos Humanos en el 2.020

«Trata de comprender, antes de ser comprendido»- decía Stephen Covey, autor de la ‘biblia’ de los empresarios: «Los siete hábitos de la gente altamente efectiva».

Me gusta definir el momento actual como si de un tablero de juego se tratara, hubiera sido sacudido y no sepamos, ya no sólo dónde están nuestras fichas, sino a qué juego estamos jugando.

Durante estos meses las organizaciones han reaccionado en general de 3
maneras:

  1. Actuando (tomando una acción desmesurada, a veces con más criterio y en otras ocasiones «como si no hubiera un mañana»).
  2. Huyendo (del mercado, de sus propósitos anteriores y del compromiso con sus colaboradores).
  3. Paralizándose (por obligación o por incapacidad real para reaccionar):
    es lo que Nathan Furr llama la Incertidumbre Improductiva. La paralización  implica que las personas se quedan atrapadas imaginando resultados extremos: «se ponen en lo peor». Según Furr el comportamiento de personas que se sobreponen ante la incertidumbre se basa en pensar en términos de probabilidades: dejar de pensar en si algo pasará o no, sino en qué probabilidades hay de que suceda.

La actual situación no es la mayor crisis sanitaria que vive la humanidad en la Historia (al menos de momento), pero si es ya la más global, la más rápida y la más impredecible hasta ahora para la mayoría de nosotros.

En estos momentos podemos decir sin equivocarnos que el verdadero cambio todavía está por llegar o mejor aún: EL VERDADERO CAMBIO ESTÁ POR CONSTRUIR. Gran parte de lo sucedido hasta ahora ha sido reactivo y en países como España, hasta después del verano, no tendremos conocimiento real de las dimensiones, con un peso económico de sectores como el turismo en teórica temporada alta los próximos dos meses.

Se ha sometido a una tensión máxima la relación entre empresa y persona y los Departamentos de Personas que han convivido en un mismo entorno  con ERTEs, los EREs, y un concepto en demasiadas ocasiones poco efectivo de teletrebajo diferente a lo que es el verdadero espíritu del teletrabajo con objetivos claros, autogestión horaria, autonomía, etc.

Por tanto, tras lo vivido estos meses claramente se plantean nuevas posibilidades para las organizaciones y en especial para la gestión de personas poniendo el eje en el compromiso de las personas: la necesidad fundamental de cuidar a las personas que siguen trabajando en la organización para poder continuar con el «día a día» y gestionar el cambio a través de:

1. Cuestionar el «presentismo» (si bien muchas organizaciones han incrementado esa necesidad de control a distancia aunque sólo fuera por pura ineficiencia). Una nueva regulación normativa debería ayudar a mantener un equilibrio en las relaciones laborales.

2. Cuestionar la existencia actual de los tradicionales centros de trabajo (sobre todo en sector servicios) donde todavía seguían inspirándose en los sistemas productivos de las fábricas tayloristas.
Dotar a las reuniones y al contacto humano de un espacio específico donde tenga verdadero sentido encontrarse y RELACIONARSE en entornos de confianza.

3. CREATIVIDAD como herramienta de gestión y de afrontamiento del contexto actual.

4. ADAPTABILIDAD ante las situaciones que se dan para asumir que en la práctica ante un entorno cambiante deja de ser efectivo controlar y tiene más sentido «surfear la ola» o «bailar al son que toca».

5. Levantar la vista y plantear el foco más a largo plazo (el corto plazo ahora es poco fiable). Relativizar sobre la inmediatez y centrarnos en nuestros propósitos a largo.

6. APRENDER e incorporar nuestros aprendizajes al día a día para enfocarnos a la mejora continua. Esta época nos va a proporcionar una experiencia única durante mucho tiempo y puede servirnos para mejorar nuestros procesos.

7. Incorporar de una vez por todas la DIVERSIDAD GENERACIONAL a nuestras organizaciones. Diferentes motivaciones, diferentes retos, diferentes soluciones.

Las empresas que realmente se preocupen por sus personas pueden ayudar a sus colaboradores y colaboradoras favoreciendo una adecuada gestión emocional de la situación. El miedo al futuro es natural en un contexto imprevisto y por tanto ahora es casi inevitable sentirlo. El tema importante es cómo gestionamos esa emoción. Los pasos son:

  1. ¿Qué recursos dispones para hacer frente al miedo a lo desconocido?
  2. ¿Qué te funciona frente a la preocupación?
  3. Aplícalo

Como dice Mario Alonso Puig en su libro “VIVIR es un asunto urgente” y eso siempre, digo yo, será más importante que SOBREVIVIR.

IL3

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