De los tres grandes sectores consumidores de energía (industria, transporte y edificios), el sector de la edificación es el que tiene mayor potencial de mejora. Además, el sector se encuentra en una fase en la que el consumo de energía en los edificios tiende a aumentar debido a que los usuarios demandan cada vez mayor confort.
La arquitectura o edificación bioclimática (algunos autores también la definen como arquitectura solar pasiva) se puede definir como aquel diseño de edificios que tiene en cuenta las condiciones climáticas, aprovechando los recursos disponibles (sol, vegetación, lluvia, vientos) para disminuir los impactos ambientales derivados de su construcción a la vez que intentando reducir los consumos de energía.
A la hora de diseñar un edificio, y también en cuanto se realice una gran rehabilitación, es básico conocer la climatología del lugar donde está o estará ubicado, sus funciones esperadas y las posibilidades desde el punto de vista legal y urbanístico de desarrollo.
Una casa bien aislada puede llegar a perder la mitad de calor que una casa con un mal aislamiento y, si se encuentra bien orientada y con aberturas convenientemente estudiadas, puede llegar a ganar hasta tres veces más de energía térmica que una casa convencional. De esta manera, sumando conceptos, una casa diseñada y pensada desde un concepto inicial que tenga en cuenta el bioclimatismo o la arquitectura pasiva puede llegar a consumir hasta seis veces menos energía que una casa convencional.
La ventilación natural y cruzada es el mejor tipo de ventilación posible. A pesar de ello, conseguir diseñar edificios en ciudades compactas como son las españolas, con apartamentos que permitan estos tipos de ventilación, es muy complejo.
El edificio del Banc de Sang i Teixits de Barcelona, uno de los que visitan los estudiantes del Máster en sus salidas prácticas a lo largo del curso, finalista de los «Sustainable Energy Europe Awards 2011» es un buen ejemplo de la aplicación de los nuevos requerimientos a tener en cuenta a la hora de hacer diseños arquitectónicos.
«Los edificios no pueden ser un escenario de circo para demostrar quien lo hace más difícil. Es importante tener en cuenta que el usuario debe vivir en un entorno comfortable. No tenemos ningún derecho a construir, si no es con unos parámetros de eficiencia, porque la sociedad no se lo puede permitir. Estamos ante los cambios demasiado importantes como para que la arquitectura no reaccione», dice Joan Sabaté, arquitecto de SaAS Sabaté Associats, diseñadores del proyecto.
