Después de trabajar en el sector de la energía durante más de 10 años, un día, Oriol, Ferran y yo (ahí está el truco) nos hicimos una pregunta: ¿Qué nos gustaría que ofreciera nuestra compañía eléctrica? ¿Por qué algo tan básico como la luz tiene que estar tan alejado de la manera de funcionar que tenemos hoy? ¿Por qué si puedo comprar billetes de avión, ropa, reservar restaurantes incluso hacer cursillos de literatura on-line, la energía tiene que estar fuera (a la práctica) de este mundo?
Además, quisimos construir una verdadera propuesta de valor para nuestros clientes: Optimizamos las características de su punto de suministro, ajustamos los precios y conseguimos que se ahorren hasta el 30% de su factura en euros. Con inversión igual a 0.
Pero ¡no sólo eso! Queremos hacer las cosas más sencillas y trabajamos para conseguirlo:
Intentamos ver las cosas con los ojos de un niño. Cuestionamos constantemente el statu quo. Nos ilusionamos por las pequeñas cosas. Nos dejamos sorprender. Y creemos firmemente en lo que hacemos. Sin duda es un back to basics que he vivido y aprendido durante estos últimos cinco años.
Os podéis imaginar que construir todo esto entre dientes que irrumpen en plena noche, cuentos especiales anti-pesadillas, carreras para llegar a las extraescolares, reuniones en el cole y una larga lista (tranquilas chicas, el multi-tasking viene de serie con la maternidad) exige un equipo.
Y no un equipo cualquiera.
Ha de ser un equipo formado por personas extraordinariamente generosas. Generosas y brillantes. Generosas, brillantes y trabajadoras. Generosas, brillantes, trabajadoras e idealistas. Que sepan reírse de sí mismas. Que sepan aprender rápidamente de los errores. Que sepan reconocer los éxitos y disfrutarlos. Que entiendan qué papel juega cada uno en la película. Y lo valoren.
Y, por supuesto, también hay que estar dispuesta a dormir más bien poco, al teletrabajo en horas intempestivas, a rozar la descortesía durante las horas del día (vamos, que no le puedes coger el teléfono ni a tu mejor amiga), a las comidas on-the-go.
Hemos recorrido una distancia respetable. Estamos orgullosos de ello, pero continuamos caminando con un ojo puesto en la cima que vamos a atacar. Nos queda mucho, muchísimo.
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