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Jérôme Boesch. Consejero Delegado de Danone Iberia

«Los esquemas mentales rígidos no encajan con las cualidades de los líderes del futuro.»

11 noviembre 2014

De trato próximo y atento a la realidad, Jérôme Boesch, Consejero Delegado de Danone Iberia, nos habla de la pasión como motor del crecimiento profesional, del valor de la diversidad para el desarrollo de la empresa y la sociedad, y de la necesaria capacidad de adaptación al cambio que hay que cultivar para afrontar con garantías retos que aún no somos capaces de imaginar.

¿Qué cualidad personal ha sido clave para desarrollar su trayectoria?

Probablemente yo no soy la persona más indicada para dar una respuesta, pero si tuviera que decir una característica, seguramente sería la habilidad para hacer equipos. La figura del directivo que sabe, que decide y que lo domina todo de manera unilateral ha pasado a la historia. He tenido la suerte de poder rodearme de gente con mucho talento y creo que mi contribución ha sido el conseguir que estas personas trabajen de manera coordinada, que cada uno saque lo mejor de sí, independientemente de su nivel jerárquico, para conseguir objetivos comunes. Impulsar equipos de alto desempeño, donde la capacidad de aportar tiene que ver más con una cuestión de actitud personal que con el conocimiento teórico, ha sido importante en mi trayectoria.

En línea de esa actitud personal que comenta, existen cualidades recurrentes en perfiles directivos destacados como son la valentía, la visión de futuro, la intuición… ¿Se nace con ellas o se cultivan?

En parte se ha de tener la suerte de nacer con ellas, pero de nada sirve si después no se potencian. Porque más que compensar debilidades, que todos tenemos, mi visión es que se ha de fortalecer aquello en lo que uno es bueno. Y para ello es clave añadir grandes dosis de pasión, que creo que es otra de las características que alimentan al resto de cualidades… Si uno tiene energía, si siente pasión por las personas, por la empresa, por los productos, es más sencillo potenciar aquel valor diferencial del que hablábamos.

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¿Y cómo encara este proceso de potenciar sus fortalezas? ¿Cómo invierte en su desarrollo personal?

Principalmente, aplicando grandes dosis de curiosidad a lo que me rodea. Y con esto no me refiero solamente a cultivar mi conocimiento en lo relacionado con las técnicas del management, sino teniendo interés por lo que pasa en el mundo real, por la gente, las tendencias. La inspiración puede venir de cosas que no tienen nada que ver con llevar una empresa o liderar un equipo… Algo que te llama la atención en la calle, escuchando una conversación, viendo una película. No soy tanto de leer libros de management, aunque sí bastante prensa generalista, y me alimento muchísimo de lo que pasa a mi alrededor.

¿Qué opinión tiene sobre el papel de las nuevas tecnologías?

Sin duda están cambiando, si no todo, muchas cosas. En el sector del producto de gran consumo, están influyendo en la forma que tenemos de comunicarnos con el mercado y en la relación que tiene el consumidor con la marca. Parte de nuestro esfuerzo está precisamente dedicado a dialogar con el consumidor en este nuevo marco planteado. Asimismo, veo que han cambiado de manera decisiva la forma en la que se gestionan los procesos dentro de la empresa. Dado el carácter global de Danone, por ejemplo, han aumentando las capacidades de comunicación que tenemos en el interior de la organización así como con nuestros proveedores y clientes.

Comentó la naturaleza global de su compañía ¿Cómo se consigue sacar máximo partido a la diversidad cultural existente?

Es imprescindible que exista un punto común: la cultura de empresa, el ADN corporativo. Algo que comparten todos los que forman Danone y que independientemente de su origen, edad o manera de pensar hace de nexo entre todos los perfiles. Soy de la idea que la diversidad no ha de ser el objetivo “per se”. Me parece más interesante que, compartiendo una serie de puntos comunes, cada persona con su cultura, su historia o su background vaya aportando al objetivo global, enriqueciendo el proyecto desde su perspectiva. A partir de ahí es importante que se establezcan los mecanismos y los procesos para llevar a buen término las propuestas y ganas de participar. Si se promueve una creatividad “desordenada”, ésta seguramente será gratuita, la probabilidad de que se concrete es mínima.

La responsabilidad social corporativa es una de las vías a través de las cuales una compañía articula su iniciativa. ¿Qué valor le otorga?

A día de hoy, una compañía que no tiene conciencia de su papel más allá del vender o el fabricar productos o servicios, tiene un futuro incierto. Las empresas participamos en una sociedad cada vez más abierta y transparente. Tenemos una responsabilidad con ella. Lo importante es ser claro en qué se quiere contribuir y cómo, porque es una realidad que tampoco se puede abarcar todo. En Danone se lleva a cabo comenzando por los profesionales de la compañía y aquellas personas con las que nos relacionamos, de manera especial con los ganaderos y nuestros clientes. A partir de aquí hemos articulado una política de RSC coherente con lo que somos, una empresa de alimentación, con lo que queremos ofrecer, productos de máxima calidad, y como queremos participar de la sociedad.

En relación a su visión de futuro ¿a qué cambios trascendentales cree que se enfrentarán los líderes del mañana?

No puedo decir los retos a los que se enfrentarán, pero de lo que sí estoy seguro es que un elemento crítico será la capacidad que tengan para la gestión del cambio. Nadie sabe cómo será la sociedad o los consumidores del mañana… Me gusta esa frase que dice que cuando fichas a alguien en realidad lo estás contratando para un trabajo que no sabes exactamente cómo será. Los esquemas mentales rígidos no encajan con las cualidades que se les demandará a los futuros líderes.

Hablando de cambios ¿alguna innovación que considere particularmente disruptiva?

Aunque no es reciente, el móvil y sus nuevos usos para mi está marcando un antes y un después. La rapidez para conectarnos, informarnos, o el hecho de llevar el ordenador “encima” ha forzado una nueva forma de entender las relaciones y el trabajo. Otros avances, como las redes sociales por ejemplo, creo que aún están en proceso de ser adoptadas de manera efectiva por parte de las empresas.

Y los consumidores ¿cómo cree que serán?

Pese a la presencia cada vez más extendida de la tecnología, opino que el aspecto emocional y humano seguirá siendo importante. Como consumidores, tendremos una relación con las marcas que será una mezcla de racional y emocional. No todo se limitará, a la tecnología. En el caso de nuestro mercado, por ejemplo, pienso que las marcas que sepan combinar bien la aportación de valor al consumidor a través de experiencias diferentes, que alimenten tanto su mente como su espíritu, ocuparán una posición de relevancia en el mercado. Lo mismo pasará con el modelo de comercialización: continuará sin duda el crecimiento de los canales de venta online, pero es improbable que vayan a remplazar al retail tradicional.

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