Neurohackers.

Equipo de trabajo formado por profesionales del ámbito educativo. Les une la pasión por la educación y la convicción de que entre todos podemos hacerlo mejor.

El cerebro, ese órgano perfecto que siempre está en desarrollo.

13 julio 2018

Todos sabemos lo importante que es el cerebro para nuestro cuerpo, pieza clave en la vida del ser humano. Pero ¿somos conscientes de sus funciones y de sus potencialidades? ¿Podemos influir en su funcionamiento? ¿Es posible ejercitarlo, educarlo para sacarle la máxima utilidad? Todo esto es posible a través de la neuroeducación, un aprendizaje basado en neurociencias.

El cerebro influye en cada uno de nuestros actos diarios. Es por ello que resulta muy importante conocerlo bien.

El pasado 22 de mayo, dentro del marco de conferencias del Postgrado en Digital Learning y Experiencias de Aprendizaje Emergente, se organizó el Webinar: Neuroeducación y Tendencias Emergentes, donde se expusieron los conceptos más relevantes. La ponencia corrió a cargo de tres miembros del equipo de trabajo NeuroHackers Education: Iolanda Nieves, profesora de la unidad Business Spanish for Communication en IESE Business School; Núria Tomàs, Filóloga y profesora de Educación Secundaria especializada en educación emocional y Anna Jubete, pedagoga especializada en la formación de docentes en metodologías activas.

¿Qué es la neuroeducación?

La neuroeducación es un campo de actuación muy reciente, en el que colaboran tanto educadores como neurocientíficos. En este campo emergente convergen especialidades como la neurociencia, la psicología, la ciencia cognitiva y la educación para mejorar los métodos de enseñanza y los programas escolares.

La neurociencia, gracias a los más recientes avances tecnológicos basados en la digitalización y la neuroimagen, se está consolidando como una ciencia de estudio del cerebro capaz de fundamentar y avalar científicamente -así como de cuestionar y desmitificar- algunos principios, mecanismos y procesos que concurren en el aprendizaje. De esta forma, la neurociencia se revela como un recurso valioso para orientar a los profesionales y especialistas de la educación en el planteamiento de sus procesos de enseñanza-aprendizaje y en la elección de recursos y metodologías educativas.

Para el doctor Francisco Mora Teruel, “Neuroeducación es un marco en el que colocar los conocimientos del cerebro y la forma como la persona interactúa con el medio que le rodea en su vertiente específica de la enseñanza y el aprendizaje. Es un intento de crear una base sólida sobre la enseñanza que pueda llevarse, no solo a los docentes, sino a la sociedad misma, lo que incluye a padres, instituciones de enseñanza, medios de comunicación y, desde luego, a dirigentes a nivel nacional que tengan que instrumentar políticas educativas”.

Hay que desterrar el “humo” y quedarnos con las “evidencias”.

¿Cómo actúa el cerebro?

El cerebro es un órgano muy complejo con estructuras y funcionalidades muy diversas, pero en el webinar se quisieron destacar las partes del cerebro que se encargan de funciones vitales (cerebro reptiliano), emocionales (cerebro emocional) y cognitivas (neocórtex). Tal y como indica David Bueno, profesor e investigador de genética de la Universitat de Barcelona y divulgador de la ciencia, se trata de “un órgano permanentemente inacabado, siempre en construcción y reconstrucción. Esto es debido a que la plasticidad neural no se detiene nunca”.

Nuestro cerebro es extraordinariamente plástico y adapta su actividad y cambia su estructura de forma significativa a lo largo de la vida. La experiencia modifica nuestro cerebro continuamente, fortaleciendo o debilitando las sinapsis que conectan las neuronas.  Como consecuencia de esta plasticidad, puede reorganizarse de forma estructural y funcional adaptándose continuamente al aprendizaje. Esta propiedad inherente al cerebro posibilita que el aprendizaje se dé durante toda la vida y que siempre podamos esperar la mejora de nuestros alumnos. Por tanto, en el momento actual, se nos plantea la necesidad de conocer mejor el cerebro, su funcionamiento y los procesos que se dan en la generación del aprendizaje para avanzar en la mejora de la educación.

Por otra parte, el cerebro no aprende de manera lineal, estructurada y predecible. Esto implica que se necesitan utilizar varios canales sensoriales a la vez, incluyendo audiovisuales, lecturas, trabajo en grupo, reflexión y actividades novedosas (Tokuhama-Espinosa, 2010).

El cerebro no cesa jamás su actividad, en mayor o en menor medida, por lo que debemos ser conscientes que también hay que permitirle descansar. Sin ir más lejos, el estrés es uno de sus enemigos principales.

El cerebro y las emociones

En otro orden de cosas, la investigadora T. Tokuhama, refiriéndose al cerebro, manifiesta que “el aprendizaje de material que evoca emociones positivas se aprende mejor y es más permanente. Esto es lo que se llama un aprendizaje significativo”.

En cambio, las situaciones que provocan nerviosismo, preocupación o miedo, el cerebro límbico las interpreta como amenaza y peligro, y pueden bloquear los procesos del aprendizaje.

En definitiva, en el aprendizaje, las emociones juegan un papel muy significativo, hasta tal punto que los expertos aseguran que “aprender a través de la alegría y el placer contribuye a dejar huella positiva en el cerebro. Aprender con placer hace que las persones sientan placer por aprender cosas nuevas”.

En la misma línea, Marta Ligioiz, doctora, especialista en neurociencia y docente en IL3-UB, mantiene que “cuando unimos en el proceso de aprendizaje un lenguaje, simbólico-metafórico-emocional, los senderos cerebrales que se establecen crean redes interconectadas asociadas entre lo simbólico y lo racional, lo lúdico y lo trascendente. Se fragua así una gran aleación que perdurará en la memoria”.

Motivación: Todos podemos desarrollar habilidades i potenciar nuestro aprendizaje

Carol Dweck, una de las investigadoras líderes en el mundo en el campo de la motivación, asegura que “las personas con una mentalidad de crecimiento piensan que sus cualidades pueden mejorar a través del trabajo continuado, con esfuerzo y consideran los desafíos como una oportunidad continua para evolucionar y mejorar”.

Dweck (2006, 2007, 2010) ha investigado los factores a los que las personas atribuimos nuestros éxitos y fracasos y ha llegado a la conclusión de que lo que realmente nos diferencia es el hecho de observar nuestras capacidades de una manera fija o, por el contrario, pensar que nuestras capacidades están en crecimiento.

En relación a ello, acuñó los términos de mentalidad fija y mentalidad de crecimiento para describir las creencias subyacentes que las personas tienen sobre el aprendizaje y la inteligencia. Cuando los estudiantes creen que pueden ser más inteligentes, entienden que el esfuerzo los fortalece. Por lo tanto, dedican más tiempo y esfuerzo, y eso conduce a un mayor rendimiento.

En cuanto a los estudios sobre el comportamiento de los estudiantes respecto al fracaso, observaron que algunos de ellos se recuperaron, mientras que otros estudiantes parecían devastados incluso con los más pequeños contratiempos. Ante tal constatación, la motivación y la predisposición a afrontar retos resultan determinantes para el alumno. Se puede asegurar, pues, que un ambiente de seguridad favorece el aprendizaje. Y, de la misma forma, una mentalidad poco abierta al crecimiento no ayudará.

¿Cómo desarrollar una mentalidad de crecimiento?

Lo esencial de la mentalidad de crecimiento es que podemos entender que existen dos visiones opuestas en nuestro alumnado y un continuum que ofrece toda una escala intermedia. En esa escala nos encontramos con alumnado que cree que puede modificar su inteligencia, que con esfuerzo se puede mejorar, que se puede y se debe aprender de los errores, que nuestro cerebro y nuestras capacidades son maleables, y que es positivo afrontar retos.  En el otro extremo está el alumnado que cree que su inteligencia es fija, que las capacidades y habilidades son innatas, y que les gusta lo fácil.

Estos marcos mentales afectan al proceso de aprendizaje, al autoconcepto, al concepto de esfuerzo y  al de éxito.

Por todo ello, es importante considerar el error como posibilidad de aprendizaje y transformarlo en oportunidad; destacar las habilidades; dar tanta importancia al proceso como a los resultados, elogiar más la motivación y el esfuerzo y no tanto la inteligencia, y desarrollar la capacidad para transmitir positivismo.  Estas son algunas de las clases que favorecen el desarrollo de la mentalidad de crecimiento.

Anna Forés, doctora en Filosofía y Ciencias de la Educación, recuerda: “El docente tiene que concienciarse de que los alumnos son los corresponsables del aprendizaje, y tiene que permitir que digan lo que ellos quieren aprender, que se hagan ellos mismos las preguntas, así se fomenta su espíritu de aprendizaje. Si tú despiertas la curiosidad y la imaginación del alumno, se va a utilizar más parte del cerebro y ese aprendizaje se va a consolidar mucho mejor.”, por eso “cada clase debe ser como una obra de arte, es una creación”.

¿Sabías que...?

El Postgrado en Digital Learning y Experiencias de Aprendizaje Emergente es una evolución natural del Postgrado en Diseño y Edición de Acciones Formativas Online, adaptando sus contenidos y metodología a los avances de la tecnología y del conocimiento, de la neurociencia, de las teorías psicológicas y pedagógicas, los cambios sociales, etc. En definitiva, guiar el cambio y la transformación de la nueva formación.

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