El fomento de la cultura no solamente ha de partir de las instituciones e iniciativas públicas. Cada vez más empresas se comprometen con el mundo del arte a través del mecenazgo, que tiene muchas ventajas para la sociedad.
Se define mecenazgo como la protección o ayuda que se proporciona a una actividad cultural, artística o científica.
Hablamos, en este caso, de una colaboración desinteresada por parte de la figura del mecenas, que actúa de manera altruista y únicamente por compromiso social.
Normalmente, este término se confunde con el patrocinio, pero no es lo mismo. El patrocinio puede ser para una actividad cultural pero también puede ser de otro tipo, como deportivo, por ejemplo. Y el objetivo de esa empresa es darse publicidad.
El mecenazgo, sin embargo, es una ayuda desinteresada al mundo del arte, algo que históricamente aparece ligado a la aristocracia. Aunque hoy en día prolifera el denominado mecenazgo empresarial (esponsorización).
En España, en torno al diez por ciento de las actividades culturales que se realizan están financiadas ya con fondos de empresas privadas.
El mundo empresarial ha entrado de lleno en la creación cultural a través del mecenazgo y la esponsorización.
Cada vez más empresas privadas, principalmente grandes entidades bancarias, participan en actividades culturales con la organización de exposiciones, la edición de libros, la consolidación de edificios históricos, la recuperación de obras de arte, etc.
La intervención de empresas privadas en cuestiones artísticas tiene diferentes grados en función del lugar. Si en España hablamos del 10%, en Estados Unidos la totalidad de las actividades culturales proceden de la intervención del sector público. De hecho, la mayoría de museos han podido ser abiertos gracias a la iniciativa privada.
El mecenazgo cultural es la protección que uno o varios mecenas proporcionan a una determinada actividad artística. Se involucran de manera altruista y con un sentido de compromiso social, y conlleva una serie de ventajas:
Cabe señalar que en España existe la llamada Ley de Mecenazgo, para regular fiscalmente a todas las entidades sin ánimo de lucro y los incentivos que proceden en estos casos. Esta legislación fomenta la participación privada en la conservación y defensa del patrimonio porque incrementa los incentivos fiscales al mecenazgo y mejora la fiscalidad de las entidades sin fines lucrativos.
En nuestro país, el mecenazgo cultural prolifera porque cada vez más empresas, instituciones y ciudadanos están concienciados con la protección de nuestra cultura. Por eso es muy fácil encontrar ejemplos interesantes como los siguientes:
En resumen, el mecenazgo cultural en España está impulsado por cada vez más empresas privadas a través de diferentes iniciativas artísticas.
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