Sandra Torresi. Experto del Postgrado en Digital Learning y Experiencias de Aprendizaje Emergente

Psicopedagoga y Vicepresidente Sociedad Iberoamericana de Neuroeducación. Directora de Neurociencia Educativa

Estrategias de enseñanza efectivas desde la neuroeducación

5 febrero 2019

¿Por qué es importante el paradigma de la neuroeducación para los procesos de enseñanza?

De acuerdo con Sandra Torresi, psicopedagoga y Vicepresidenta de la Sociedad Iberoamericana de Neuroeducación, el objetivo de esta disciplina es aportar los hallazgos neurocientíficos sobre cómo se aprende a lo largo de la vida para construir prácticas de enseñanza basadas en evidencias y focalizadas en el desarrollo de competencias en el ámbito escolar o en el laboral.

Neuroeducación, ciencia interdisciplinar

Consideramos a la educación un fenómeno social al mismo tiempo que entendemos que el ser humano aprende de determinadas formas en función de su estructura cognitiva. Creemos que esta estructura puede alterarse y modificarse en función del contexto en que está inmersa. Es aquí donde encontramos esenciales los aportes de las neurociencias a la educación. Los docentes, como profesionales de la educación, debemos ampliar nuestra formación para repensar nuestras prácticas pedagógicas, reafirmando estrategias valiosas, develando mitos y reimaginando nuevos modos de enseñar. Por lo tanto, debemos articular ambos campos de forma cautelosa, comprendiendo las limitaciones y evitando los reduccionismos.

La neuroeducación es una interdisciplina emergente, un campo de estudio que busca tender puentes entre las neurociencias, la psicología cognitiva y la educación, es decir, cerebro, mente y educación.

Sus aportes son relevantes para repensar los procesos de enseñanza y aprendizaje y mejorarlos y también para confirmar y apoyar científicamente las intervenciones que han resultado efectivas. El conocimiento de  los procesos cognitivos y afectivos que subyacen a cualquier conducta simple o compleja, por ejemplo, los procesos atencionales, los distintos tipos de memoria, la percepción, el lenguaje o la motivación, y el conocimiento de los procesos de orden superior, es decir, las funciones ejecutivas y la autorregulación facilitan el diseño de estrategias educativas orientadas a la innovación y la mejora.

El objetivo es promover el desarrollo de competencias en diferentes contextos a través del conocimiento profundo sobre cómo se aprende a leer, escribir y calcular hasta como se trabaja colaborativamente en el ámbito laboral.

Un modelo integrado de los procesos de desarrollo

Aprender es un proceso de alta complejidad y está multideterminado por factores individuales, sociales y culturales. Por ello, es necesario integrar los diferentes niveles de análisis para evitar hacer recortes y dejar de considerar factores críticos que lo constituyen, por ejemplo, focalizar solo en el nivel neural de análisis tiende a dejar sin consideración adecuada la compleja trama de interacciones sociales que caracterizan al fenómeno educativo.

En lo laboral o escolar es posible observar conductas o comportamientos: responder un mail, organizar la agenda del día, resolver un problema de matemática o responder preguntas sobre una historia. Cada una de esas conductas manifiestas está sostenida por procesos cognitivos y emocionales para realizarlas: lenguaje escrito, motivación,  atención focalizada, memoria de trabajo o funciones ejecutivas; y estos procesos requieren un sustrato neurobiológico, nuestro cerebro.

En este modelo integrado de los procesos de desarrollo de una competencia el aprendizaje es sinónimo de cambio, es decir, un proceso de transformación diferenciado y continuo en el que los cambios cualitativos y cuantitativos son producto de la buena experiencia de aprendizaje. Gráficamente se puede representar con una curva ascendente en la que cada logro en el desarrollo de una competencia tiene como base un estadio anterior. El desarrollo integral cognitivo, socioemocional y físico se parece a la construcción de una casa: las paredes se van levantando sobre la base de cimientos sólidos.

Quien interviene en el proceso de desarrollo de competencias necesita conocer las fortalezas y debilidades de quien aprende. Por ejemplo, para intervenir en la competencia lectora de un niño en la escuela será necesario evaluar el nivel de desarrollo de cada uno de los procesos específicos  implicados en la lectura para tomar decisiones pedagógicas y mejorar su desempeño académico, o en el caso de un empleado en una empresa se deberá  indagar sobre sus competencias cognitivas para planear secuencias de acciones  técnicas que permitan brindar un servicio de mayor calidad y también evaluar su competencia socioemocional para mejorar su capacidad de trabajo en equipo y su competencia comunicativa. En el mundo laboral las competencias cognitivas y sociemocionales son importantes para conseguir un buen empleo, conservarlo y progresar en una carrera laboral.

Por lo tanto, un recurso indispensable en toda situación de aprendizaje laboral o  escolar es contar con indicadores de desarrollo de una competencia, es decir,  descriptores concretos y claros que permitan evaluar el nivel de desarrollo logrado y planificar acciones de mejora.

¿Qué son las funciones ejecutivas?

Un estudiante en la escuela o un empleado en la empresa necesita desarrollar funciones cerebrales que posibiliten enfocar el pensamiento, filtrar distractores, mantener en la memoria información relevante para tomar decisiones y cambiar el foco de la atención cuando es necesario.  Se trata de funciones esenciales para inhibir y manipular los pensamientos y las acciones para resolver situaciones novedosas y alcanzar una meta.

Las funciones ejecutivas se definen como el sistema o conjunto de procesos que permiten el procesamiento controlado y flexible de la información para alcanzar un objetivo. Entre los procesos ejecutivos fundamentales se distingue a la memoria de trabajo, el control inhibitorio y la flexibilidad cognitiva.

La memoria de trabajo se vincula con la capacidad de retener información en la mente, procesar y actualizar información para lograr un objetivo. Para comprender un texto escolar o un mail de trabajo es necesario mantener “on line” lo leído a medida que se avanza con la lectura. La inhibición es un proceso que  aparece en situaciones de conflicto o interferencia en las cuales las tendencias de respuesta prepotentes o las representaciones no adecuadas a los objetivos de la tarea deben ser suprimidas o canceladas, por lo tanto, en el ejemplo anterior, la inhibición funciona como un escudo contra los pensamientos, emociones y comportamientos no compatibles con la tarea que está en curso. La  flexibilidad cognitiva, se relaciona con la capacidad para alternar entre diferentes pensamientos o acciones dependiendo de las demandas situacionales, es decir, a medida que cambian, el sistema cognitivo se va adaptando al contexto.

La autorregulación es el mecanismo por el cual es posible manejar el comportamiento, la emoción y la cognición. La autorregulación permite controlar tendencias automáticas, deseos y conductas en función de objetivos a largo plazo. Por lo tanto, las funciones ejecutivas contribuyen y están a su servicio.

Existe evidencia científica sobre el impacto de la capacidad de autorregulación en el desempeño académico y social y cómo las fallas en su desarrollo pueden generar distintos tipos de consecuencias en la vida de las personas. Estas fallas se presentan en situaciones donde los recursos son insuficientes para manejar el conflicto y se asocian a una sensación subjetiva de pérdida de control de la situación.

¿Es posible desarrollar las funciones ejecutivas y la autorregulación?

Las funciones ejecutivas se desarrollan en forma secuencial desde la infancia hasta la adolescencia, sin embargo, esto no significa que no sea posible estimularlas también en etapas posteriores o en el trabajo. Mejorar la capacidad de autorregulación permitiría a los individuos una adaptación más exitosa al entorno y una convivencia social más fructífera. Es necesario desarrollar esta competencia en forma explícita y sistemática desde temprana edad en todos los niveles educativos y estimularlas en el mundo laboral.

La competencia socioemocional

Las habilidades socioemocionales están muy relacionadas con la regulación emocional. Estas habilidades incluyen la perseverancia, el autocontrol, la confianza en los otros y en uno mismo, la autoestima, la tolerancia hacia opiniones diferentes, es decir, las personas con un desarrollo socioemocional saludable son capaces de entender y manejar las emociones, establecer y alcanzar metas positivas, sentir y mostrar empatía hacia los demás, ser mables y extrovertidos y establecer y mantener relaciones positivas.

El desarrollo de competencias requiere como punto de partida la capacidad de observación e identificación de fortalezas y debilidades a partir de indicadores de desempeño. El análisis de esta información permite diseñar estrategias de enseñanza específicas y fundamentalmente contextualizadas.

¿Qué características tienen las estrategias de enseñanza efectivas?

Las estrategias de enseñanza efectivas son claras con respecto a la lógica con la que se dirige hacia un objetivo, es decir con qué método, técnica o procedimiento se va a llevar adelante y por qué se va a realizar de esa manera y no de otra. La mayoría de las tareas exigen una gama amplia de procesos, sin embargo, la importancia relativa de distintas habilidades varía entre distintos tipos de tareas, por ejemplo, una persona encargada de atención al público en un comercio requiere mayor nivel de capacidad empática respecto de  quien realiza tareas con menor contacto interpersonal… la intensidad y la complejidad de su uso es diferente.

Las propuestas deben ser sistemáticas y explícitas: un estudiante debe saber qué recursos  cognitivos necesita para resolver un problema matemático y no tratar de “adivinar” cómo hacerlo, necesita saber cómo planificar su semana, regular y monitorear resultados y repetirlo en diferentes circunstancias;  un trabajador debe ser consciente sobre los requerimientos específicos de su ocupación y poder tomar decisiones estratégicas con respecto a sus acciones. Un aspecto relevante en el desarrollo de competencias es que quien aprende necesita tomar conciencia sobre su propio conocimiento e intervenir sobre esos procesos (capacidad metacognitiva).

Las estrategias de enseñanza más eficaces se basan en dinámicas participativas que potencian el trabajo personal y el grupal, es decir se aprende del otro y con el otro.

El juego es un recurso ineludible porque se vincula con el sistema de recompensa de nuestro cerebro… permite interactuar para alcanzar metas, tomar decisiones, cooperar y competir sanamente.

La tecnología constituye un excelente aliado para proponer estrategias de enseñanza innovadoras a través de la gamificación, la realidad virtual o la robótica.

 

¿Sabías que...?

Sandra Torresi es Experta del Postgrado en Digital Learning y Experiencias de Aprendizaje Emergente es una evolución natural del Postgrado en Diseño y Edición de Acciones Formativas Online, adaptando sus contenidos y metodología a los avances de la tecnología y del conocimiento, de la neurociencia, de las teorías psicológicas y pedagógicas, los cambios sociales, etc. En definitiva, guiar el cambio y la transformación de la nueva formación.

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