En un entorno que cambia con una rapidez asombrosa, donde los cambios tecnológicos obligan a realizar en poco tiempo cambios importantes en la estrategia de empresa, puedes preguntarte si la innovación es necesaria. La respuesta es que la innovación «es imprescindible».
Innovar nos obliga a transitar por caminos no conocidos donde existe el riesgo de perderse y eso para la mayoría de las personas, no es agradable. La innovación, por tanto, está asociada al error, pero como dice Ken Robinson, un experto en asuntos relacionados con la creatividad, la calidad de la enseñanza, la innovación y los recursos humanos: «Si no estás preparado para equivocarte, nunca harás nada original ni que valga la pena».
La innovación no te asegurará el éxito, pero la no innovación sí que te asegura el fracaso, y como decía Tom Whatson primer presidente de IBM: «Si quieres triunfar, duplica el número de errores». Pero esto solo, no es suficiente, ya que cuando triunfes con una innovación, la competencia te copiará y eso te obligará a una innovación continua y el éxito dependerá de cómo la gestiones.
Hasta hace muy poco tiempo se consideraba el músculo financiero de la empresa como un factor crítico de éxito y aunque sigue siendo importante, ahora es el músculo innovador el principal factor crítico de éxito de las empresas.
En el mundo de la empresa, la gestión de la innovación se convierte en un factor crítico de éxito imprescindible para subsistir y crecer.
Hay más comentarios sobre la innovación:
«Si una idea no es absurda al principio, entonces no vale la pena», del genial Albert Einstein.
«Un hombre con una idea nueva es un loco hasta que la idea triunfa». De Mark Twain.
«Lo que no se venda no quiero inventarlo». De Thomas A. Edison.
Visto desde el exclusivo mundo de la empresa, la frase de Edison es válida, pero también vale la pena innovar para hacer un mundo mejor. Y de nuevo: «Si cuando lanzas tu nuevo producto no te avergüenzas del mismo, es que lo has lanzado demasiado tarde», Reid Hoffman.
Con las nuevas infraestructuras de comunicación, las ideas fluyen en el mundo a una velocidad asombrosa. Es posible que tu idea inicial ya se le haya ocurrido a alguien en otra parte del mundo. Si eso es así, existe la posibilidad de mejorarla, innovando, sin empezar desde el principio.
La vida es una fuente de sorpresas, los cambios, en todos los aspectos, son constantes y no se adaptan a ninguna norma establecida, simplemente ocurren y, por tanto, no son controlables.
Las ideas tampoco. No importa que parezcan o sean absurdas al principio. La estadística demuestra que muchas ideas se quedan por el camino, fruto de su inutilidad o de la falta de habilidad para desarrollarlas, convertirlas en un producto o servicio innovador y llevarlas al mercado. Pero si quieres que no te tomen por un loco, fíjate en el consejo de Mark Twain: «Un hombre con una idea nueva es un loco hasta que la idea triunfa».
Así que hay que ponerse las pilas, luchando contra las opiniones de personas que piensan que las palabras I+D significan «I qué Más Da». Y de nuevo, hay que recordar que la innovación no asegurará el éxito, pero la no innovación sí que asegura el fracaso.