Josep Armengol i Santacreu. Exalumno del Máster en Acupuntura del IL3-UB

Médico Obstetra-Ginecólogo y acupuntor

Opinión Máster Acupuntura: «Cualquier persona puede beneficiarse de la acupuntura»

25 mayo 2021

Entrevistamos a Josep Armengol i Santacreu, exalumno del Máster en Acupuntura del IL3-UB. Josep Armengol es actualmente médico, obstetra-ginecólogo y acupuntor y aplica los aprendizajes del Máster en el tratamiento con sus pacientes.

¿Cuál ha sido tu trayectoria profesional y dónde trabajas en la actualidad?

Una vez finalizada la Licenciatura en Medicina y Cirugía General en la Universidad de Barcelona, cursé estudios de medicina tropical y una formación no reglada en cirugía y obstetricia. Empezó entonces una primera etapa profesional como médico cooperante de Medicus Mundi que me llevó a trabajar durante unos años en dos hospitales rurales primero en el Chad y después en Ruanda. Finalizado este período, ya de vuelta a Barcelona, inicié una formación reglada como médico residente en el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, donde hice la especialización en Obstetricia y Ginecología y donde, finalizada la etapa como médico residente, continué como médico adjunto, ejerciendo durante los últimos años la función de jefe clínico de la Sección de Obstetricia. En 2018, habiendo ya finalizado mi formación en acupuntura, me acogí a una excedencia temporal en el hospital para poner en marcha una consulta propia de acupuntura en mi ciudad, Vilanova i la Geltrú; actividad que actualmente combino con una interinidad como ginecólogo de atención primaria en el ASSIR del Alt Penedès.

¿En qué momento descubriste y por qué te llamó la atención la acupuntura?

En realidad, fue algo muy natural en mi itinerario profesional y vital. En mi primera etapa como médico cooperante, en un entorno radicalmente diferente del que yo había conocido hasta entonces, tomé consciencia de que nuestra medicina occidental, junto a su innegable altísima capacidad para resolver cuestiones muy complejas, tiene también sus limitaciones y tomé consciencia, también, de que existen otras aproximaciones a lo que es la salud y la enfermedad, la vida, el ser humano —en definitiva— y que de estos paradigmas surgen estrategias terapéuticas diferentes a las que yo conocía hasta entonces, algunas de ellas bien eficaces, por cierto. Ya en mi ejercicio profesional en nuestro entorno, hay una serie de cuestiones que se me presentan de manera recurrente: ¿Por qué las diferentes personas enferman de diferente manera? ¿Por qué hay sufrimientos para los que no solo no tengo un remedio, sino que ni tan siquiera logro encontrar una explicación? ¿Por qué tan a menudo en nuestra práctica profesional nos encontramos con personas con un listado interminable de síntomas y andamos buscando un remedio para cada uno de ellos sin pararnos a pensar en la persona en su conjunto? Es así como, inicialmente como una inquietud o por curiosidad intelectual, empiezo a explorar otras aproximaciones, otros abordajes, proceso que me encamina hacia el estudio de la medicina tradicional china y de la acupuntura como una de sus herramientas terapéuticas.

¿Quién se puede beneficiar de la acupuntura y qué bondades tiene?

Cualquier persona puede beneficiarse de la acupuntura. En algunas ocasiones supondrá por sí sola el tratamiento específico de la enfermedad diagnosticada, en otras ocasiones podrá ser un soporte a los tratamientos propios de la medicina occidental, favoreciendo su eficacia o minimizando la necesidad de fármacos. De manera específica, por ejemplo, en el caso de las enfermedades oncológicas, la acupuntura nunca va a suponer una alternativa a la quimioterapia, la radioterapia u otros tratamientos específicos, pero puede representar una herramienta complementaria muy interesante para aliviar sus efectos secundarios o, mejorando el estado global de salud, para conseguir el mayor bienestar posible durante los tratamientos. Hay que decir, sin embargo, que no es necesario sufrir una enfermedad; la acupuntura puede ser una herramienta preciosa para favorecer el equilibrio personal y la serenidad, potenciar la energía, especialmente en situaciones de alta exigencia, tales como pruebas académicas, períodos de sobrecarga laboral, competiciones deportivas o artes escénicas o para profundizar en el autoconocimiento y el crecimiento personal.

¿Cuándo y por qué decidiste estudiar el Máster en Acupuntura del IL3-UB?

En mi camino de búsqueda, asistí a un curso de introducción a la acupuntura organizado por la Secció de Metges Acupuntors del Col·legi Oficial de Metges de Barcelona; un curso de unas cuantas semanas en que intuí que el tema podía ser interesante. Contacté entonces con una compañera ginecóloga, de quien sabía que había cursado el máster unos años atrás, y me transmitió un enorme entusiasmo tanto por la acupuntura en general como por el Máster en Acupuntura del IL3-UB en concreto. Fue así como me decidí a matricularme al máster, de lo cual me alegro y por lo cual le estoy bien agradecido.

¿El programa supuso un giro en tu carrera como jefe clínico de obstetricia de un hospital de máximo nivel como el Sant Pau?

Más que un giro, considero que ha supuesto un avance, un enriquecimiento. El estudio de la acupuntura y de la medicina tradicional china me ha aportado fundamentalmente tres cosas: primero, una mirada diferente, una nueva perspectiva que me permite ver aspectos que antes no percibía desde el ángulo de visión y la mirada de la medicina occidental; segundo, un lenguaje diferente, que me permite articular un nuevo discurso para explicarme lo que estoy viendo, es decir, una nueva mirada y un nuevo discurso, que enriquecen mi capacidad para comprender aquello que se me presenta, aquello que tengo enfrente y, finalmente, una técnica y una herramienta, las agujas de acupuntura, fascinantes y sorprendentes por su simplicidad y por su eficacia.

¿Cuál es la situación de la acupuntura en la actualidad?

Pienso que nos encontramos en un momento interesante y creo que el reto a día de hoy es cómo encontrar un lugar para la acupuntura en el sistema de salud oficial. Hablaríamos de la creación de unidades de medicina integrativa en una doble vertiente del término. Integrativa en la medida en que contempla a la persona de manera integral, tomando en consideración sus diferentes dimensiones: biológica, psicológica, intelectual, espiritual, cultural, familiar y social. E integrativa en tanto que procura poner a su disposición, junto al potente arsenal diagnóstico y terapéutico propio de nuestra medicina occidental, todos aquellos recursos y técnicas terapéuticas (entre las cuales, y en un lugar preferente, la acupuntura) que hayan demostrado su eficacia, definiendo así una estrategia terapéutica centrada en cada persona, con su enfermedad, su sufrimiento, sus necesidades, sus deseos y sus expectativas. Existen ya algunas experiencias muy interesantes en este sentido y es un camino que hay que seguir explorando. Un camino que requiere por un lado la apuesta de las instituciones por poder ofrecer este tipo de atención y de tratamiento y por otro lado necesita tener a disposición equipos de profesionales debidamente formados, de ahí el gran interés que tienen ofertas de formación sólidas y bien estructuradas, como el Máster en Acupuntura del IL3-UB.

¿En qué te ha ayudado el máster a tu desarrollo profesional y personal?

Más allá del enriquecimiento personal y profesional al que anteriormente me he referido y más allá de la actividad que desarrollo en mi consulta de acupuntura, en este momento el reto que me planteo es el de explorar si existe un sitio para la acupuntura en el sistema de salud oficial. Yo estoy seguro de que sí que existe, así como del enorme interés de incorporarla a la práctica clínica habitual. La responsabilidad de la sanidad pública es ofrecer la mejor atención posible, con criterios de eficacia, eficiencia y equidad. Habrá, pues, que definir qué tratamientos han demostrado su eficacia, como vamos a integrar la acupuntura, a qué tipo de pacientes, con qué indicaciones, con qué objetivos, etc. Esto va a permitir, también, aumentar el conocimiento y dar mayor solidez a la evidencia sobre la eficacia de la acupuntura y sus indicaciones. No en vano una de las funciones de los hospitales universitarios es favorecer y difundir el conocimiento científico. En este sentido, mi mayor interés en este momento es dar soporte y participar, en la medida en que sea posible, al desarrollo de experiencias que apunten en esta dirección. Algunas ya existen y funcionan con éxito y estoy seguro de que en un futuro próximo aparecerán más.

¿A qué profesionales médicos recomendarías el máster del IL3-UB y por qué?

A cualquiera que sea capaz de abrir su ángulo de visión y tenga la inquietud de explorar paradigmas diferentes al científico/occidental para mejor comprender la salud, la enfermedad y de manera más amplia el ser humano. El Máster en Acupuntura del IL3-UB está razonablemente bien estructurado, cuenta con un buen equipo docente y más allá de la formación teórica ofrece la oportunidad de un aprendizaje práctico con pacientes en un entorno reglado. Por otro lado, a medida que aumente la evidencia de la eficacia de la acupuntura y a medida que vayan apareciendo proyectos y experiencias para incorporarla en la práctica clínica habitual, va a ser necesario disponer de profesionales con una formación reconocida y acreditada, con lo cual disponer de esta capacitación podrá ser en el futuro de interés para ampliar las opciones laborales.

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