¿Por qué necesitamos de la Pediatría Social?

22 octubre 2015

De la misma manera que la educación apuesta hoy por adaptar sus propuestas a un entorno que plantea nuevos desafíos a niños y adolescentes, la pediatría social asume su papel clave en el desarrollo de los menores y alza la voz para ser considerada una disciplina estable en los programas sanitarios. Además de responder al enfoque integral de salud impulsado desde diversos estamentos públicos y privados, su aporte radica en la capacidad que tiene para ayudar a detectar y prevenir situaciones que pongan en riesgo el normal desarrollo de quienes, mañana, estarán al frente de esta sociedad

¿Qué aporte hace la Pediatría Social a la práctica pediátrica? 

La Pediatría Social permite una práctica clínica no sólo centrada en la situación de enfermedad, sino incorporando todos los factores psicosociales y familiares que la rodean y que incidirán, de forma positiva o no, en el tratamiento. Además, para el profesional es imprescindible contar con un mapeo de profesionales y servicios del territorio con los cuales puede contar para abordar los casos.

Pediatria social

Carme Calafat, Jordi Pou y David Nadal. Expertos en Pediatría Social

¿Por qué es tan urgente comenzar a aplicar la visión social a la práctica pediátrica? 

Desde una mirada sistémica de la atención pediátrica es imposible desestimar los factores sociales que están impactando en la salud de nuestros niños y niñas. La sociedad está cambiando rápidamente y generando nuevos malestares en la salud física, psíquica y social que nos compromete a su revisión urgente y acorde a la transformación social que estamos viviendo.

¿Permite el actual sistema crear un sistema bajo este enfoque? 

Se necesita una formación interdisciplinaria e integradora que permita la comprensión de la clínica infantojuvenil en clave social. También se requiere de estructuras de coordinación que permitan la complementariedad y el trabajo colaborativo, entre disciplinas, visiones para dar una respuesta más ajustada y centrada en el niño/a, adolescente y su entorno más cercano, su familia.

¿Qué perfiles están llamados a participar en la gestión social de la pediatría? 

Los propios profesionales y las mismas familias señalan la necesidad de referente-gestor en los procesos de salud. Profesionales que cuenten con un conocimiento global del caso y que hagan la interlocución con la familia o paciente. No existe un único profesional para asumir el rol de gestor, sino que lo idóneo sería decidir cuál es el rol profesional más indicador en cada itinerario clínico o proceso. Por lo cual, la gestión del caso puede ser asumida por un pediatra, una enfermera, un trabajador social o un psicólogo, según el proceso del que se trate.

¿Cómo se estructura una correcta colaboración entre estos actores? 

Con un conocimiento profundo mutuo de las competencias de cada rol profesional, con mucho diálogo entre los actores, con una baja intensidad de corporativismo y explicitando -por escrito- en forma de protocolo, lo que nos parece que aporta un valor añadido a nuestra intervención, que le aporta coherencia y que garantiza una buena experiencia de cuidado para paciente y familia.

¿Cuál es el nivel de cobertura formativa actual? 

Hasta el momento, no existía una propuesta de formación específica en Pediatría Social y ha sido una demanda de muchos profesionales que se dan cuenta que necesitan de más conocimientos específicos y colaborar con otros perfiles profesionales para dar una respuesta a la altura de las circunstancias actuales.

La velocidad y alcance de las evoluciones sociales está teniendo un impacto directo en la manera en la que niños y adolescentes crecen. El Postgrado en Pediatría Social: un Enfoque Multidisciplinar del Instituto de Formación Continua de la Universidad de Barcelona (IL3-UB), es el primer programa a nivel nacional especializado en esta innovadora rama de la práctica pediátrica. Avalado por la Sociedad Española de Pediatría Social (SEPS), entrega a través de un enfoque práctico las herramientas y recursos imprescindibles para garantizar la atención integral a la población infanto-juvenil y responder a los complejos desafíos que se plantean hoy en el desarrollo de este segmento de la población.

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