Todos hemos oído hablar sobre el cambio climático y sus efectos devastadores así como sobre la pasada cumbre de París como gran hito en dirección a la mitigación sobre ese cambio climático, pero… ¿Cómo afectará al sector profesional de las energías renovables? ¿Qué oportunidades de negocio se generarán?
Pues bien, analicemos los principales puntos y sus efectos:
El acuerdo de París fue suscrito por 195 países, o sea, prácticamente todo el planeta por lo que los objetivos son extrapolables a cualquier país, por lo que allí dónde residamos, habrá oportunidades de negocio.
Las previsiones para los próximos 15 años es duplicar las instalaciones actuales de fuentes limpias de aquí a 2030, lo que implica que la cuota de renovables sobre el consumo total de energía en el mundo llegue al 36% en 2030 (fuente IRENA, International Renewable Energy Agency). Consecuencia clara, creación de muchos puestos de trabajo.
Esto acelerará la transformación del sector energético actual, es decir, la transición energética entre el modelo actual y el futuro. Las empresas energéticas basadas en los modelos actuales si no pasan por un proceso de adaptación estarán condenadas a desaparecer.
Las fuentes de energía con más proyección serán la energía solar y la eólica. Hay que pensar que en pocos años los costes de estas tecnologías han disminuido considerablemente y ya son competitivas a precio de mercado, es decir, no requieren de primas. Aunque no hay que perder de vista que otras como la geotérmica, biomasa e hidráulica tendrán una cuota también muy relevante y que se hará imprescindible sobre todo por su capacidad de gestión frente a la impredecibilidad de la solar y la eólica.
Veremos que la inversión en los países en desarrollo va a ser mayor que la de los países desarrollados, dónde el continente asiático va a estar encabeza con toda seguridad y dónde habrá muchas oportunidades de negocio.
No hay que descuidar que los países van a tener que facilitar marcos regulatorios coherentes y a largo plazo para que la transición energética se haga de forma ordenada.
El talón de Aquiles de las energías renovables es su difícil gestión en algunos casos (impredicibilidad de Sol y el viento), sobre todo cuando éstas suponen más del 40% de la producción de energía ya que se plantea la necesidad y el reto de los sistemas de almacenamiento y las redes inteligentes. De ahí que es muy importante los anuncios realizados por los 28 grandes inversores privados (Gates, Zuckerberg, Ma, etc.) de compromiso de inversión privada vinculada al I+D+i.
Por todo ello, y aunque el acuerdo adoptado es legalmente vinculante pero no la decisión que lo acompaña ni los objetivos nacionales de reducción de emisiones, el sector de las energías renovables va a crecer de forma considerable en los próximos años por lo que la necesidad de profesionales formados en el sector va a ser incuestionable.
