Entrevista a Domingo Gutiérrez, docente del Postgrado en Dirección y Gestión de Centros Residenciales y Otros Recursos Gerontológicos. y Director Centro en el Consorci de Salut i Social de Catalunya – CSC Atenció Social, S.L.
¿Cómo ha sido su experiencia en la gestión de los centros residenciales con la pandemia?
La situación que se ha vivido en las residencias de personas mayores ha sido compleja y de una alta intensidad. Por una parte, con el interés y propósito de paliar los efectos de la pandemia, tanto en de residentes como en trabajadores y familiares, y por otra parte intentando conseguir preservar los efectos de contagio y afectación del virus con numerosas tareas y acciones de control.
En los comienzos de la pandemia todo eran incertidumbres y recelos. Nadie conocía los efectos y evolución de dicha pandemia.
Ello ha generado una intensidad de trabajo bestial y una altísima sensación de vulnerabilidad, por considerar que los centros residenciales podían ser el «eslabón más débil de la cadena», y por ello, la previsión siempre resultó menos intensa de lo deseable.
Muchas razones podrían formar parte de los efectos finales vividos, pero una cosa siempre ha estado presente: el sector residencial de atención a las personas mayores se ha esforzado y desvivido por conseguir atender y preservar a las personas, con mucha profesionalidad y con una gran responsabilidad y entrega.
¿Cree que se debería plantear un cambio legislativo en la gestión de Residencias por la COVID-19?
Sí. No solamente es básico y vital, sino imprescindible. Si después de lo vivido, desde las diversas administraciones competentes, no se promueven cambios y se reorienta el sector hacia un nuevo modelo de mayor complejidad asistencial, de gestión y económica, volveremos al punto de partida y todo lo vivido no servirá como experiencia.
El sector debe ser más reconocido. Se debe apostar con mayor fortaleza por parte de nuestras administraciones. No puede seguir anclado en un vacío de inoperancia sectorial.
Existen grandes proyectos y profesionales en el sector que garantizarán siempre esta nueva reformulación asistencial del sector.
¿Qué mejoras plantearía en la relación entre los centros residenciales/ gerontológicos y el sistema sanitario (centros sanitarios)? ¿Considera que hay que medicalizar les residencias?
Desde hace muchos años, y desde una orientación exclusivamente administrativa, se ha considerado la asistencia como «departamentos estancos» difíciles de conexionar.
Nunca más lejos de la realidad. La asistencia a las personas no entiende de fronteras. Por ello, es inevitable y deseable, que la atención a las personas mayores se concentre en aspectos globales de conexión entre lo sanitario y lo social, lo administrativo y lo económico.
En la unificación de la asistencia y la interconexión de aspectos asistenciales básicos, estará el epicentro de una futura atención de calidad. La persona como eje central de nuestras intervenciones.
¿Cómo sería hoy un buen profesional de la gestión residencial?
Pienso que en nuestro sector existen grandes profesionales, de gran valía que deberían tener mayor reconocimiento profesional.
Se debe potenciar el sector alabando el gran trabajo que se está realizando, y a su vez, el propio sector debe ser autocrítico como motor de avance y de mejora continua.
Estas dos grandes líneas de actuación, reconocimiento y mejora continua, deberían ser los grandes pilares sobre los que volver a edificar nuestro entorno gerontológico.
Hay que poner en valor el gran esfuerzo que muchos profesionales están realizando, y hay que potenciar esa labor silenciosa que se realiza a diario en las residencias.
Por consiguiente, la formación, la capacitación, el progreso personal y profesional, y sobre todo, un cúmulo de grandes valores, podrán evidenciar las grandes fortalezas de nuestro sector.
¿Cómo se presenta la nueva edición del programa? ¿Cómo habéis incorporado la temática de la COVID-19 en el programa?
La experiencia vivida por los profesionales del sector en estos últimos meses debe proporcionar unos elementos de reflexión y de análisis importantes.
No sería oportuno, no considerar los efectos de la COVID-19 en un programa formativo de gestión residencial.
Potenciar aspectos asistenciales de atención, de prevención y de gestión pandémica, tienen que aparecer en todas y cada una de las asignaturas del postgrado, con el interés de formalizar un universo global y amplio de actuación.
La COVID-19 debe considerarse como una gran oportunidad sectorial y no como una gran amenaza.
