La neurociencia es una disciplina de la que los maestros pueden extraer herramientas muy valiosas para la enseñanza, y en las escuelas de Maristes de Catalunya quieren incorporarla a sus aulas de la mano de IL3-UB.
El aprendizaje de un niño es un proceso largo y constante compuesto de múltiples factores a tener en cuenta, y cada uno de ellos es igual de importante que el anterior. Para ilustrar lo complejo que supone asentar nuevos conceptos, no hace falta más que hacer una pequeña prueba.
Al dictar de forma oral un dibujo abstracto para que los destinatarios lo reproduzcan según las pautas ofrecidas, se observarán enormes diferencias entre los resultados. Ante un enunciado complejo, las interpretaciones serán tan numerosas como personas hayan escuchado las pautas a seguir, y cada una de ellas habrá realizado un dibujo que sea completamente distinto del siguiente.
Así ocurrió, por ejemplo, durante la jornada de aplicación de nuevas metodologías pedagógicas en el colegio Maristes-Sants Les Corts, donde Susanna Arànega, docente del departamento de Didáctica y Organización Educativa de la UB, impartió una sesión formativa sobre la neuroeducación que ya se han replicado en todas las Escuelas Maristes de Catalunya.
Sesión formativa en Maristes-Sants Les Corts
La razón por la que cada persona plasma una interpretación diferente del mismo enunciado es muy sencilla. No ha habido una puesta en común sobre lo que se debía hacer. No ha habido una socialización que ayude a conformar una idea.
La socialización es uno de los elementos claves en el aprendizaje, como lo son también la imitación, la motivación por un tema o la utilidad que este tenga, por nombrar tan sólo algunos de ellos. Cada uno de estos factores influye en la educación, y las causas por las que facilitan o entorpecen la asimilación de nuevas ideas tiene una explicación tanto psicológica como neuronal.
Precisamente en el punto de encuentro entre la psicología, la neurociencia y la educación es donde se encuentra la neuroeducación, una ciencia social que busca entender cómo funciona el cerebro de los más pequeños para aplicar nuevas metodologías de enseñanza que faciliten su desarrollo. Y para poder implementar estas novedades en sus aulas, las escuelas Maristes en Catalunya se han dado la mano con IL3-UB para formar a sus profesores.
¿Qué podemos aprender del cerebro?
El cerebro es el órgano que más cambios experimenta durante la infancia y el ser humano es el animal que más edad de aprendizaje necesita. Justamente esa “debilidad” en las primeras etapas de la vida es la clave de la evolución humana, y conociendo más a fondo a la herramienta más potente de cada persona, es más fácil diseñar nuevas formas de trabajo.
La educación, igual que la sociedad, es cambiante, y por ello se ha de adaptar la forma en que se enseña a los más pequeños desde sus primeros pasos en el colegio. Por este motivo, las 10 escuelas Maristes de Catalunya han organizado jornadas para sus más de 1000 docentes de ciclo infantil, primaria y secundaria donde se busca sensibilizar a los profesores sobre las bases de un nuevo modelo pedagógico.
“No podemos quedarnos estancados haciendo lo mismo durante toda la vida. La neuroeducación es una novedad que nos da unas aportaciones muy diferentes a las que se tenían hasta ahora”, asegura Susanna Arànega.“Es importante tener una base científica que fundamente por qué hacemos las cosas y tras estas formaciones cada profesor puede reflexionar sobre qué puede hacer y qué capacidades tiene a nivel individual y colectivopara ayudar en la educación de los niños”.
Durante estas sesiones, los objetivos pasan por analizar los avances pedagógicos que aporta la neurociencia al proceso de aprendizaje y conocer diversas herramientas o estrategias que pueden generar nuevos procesos de enseñanza más adecuados a las necesidades de los alumnos.
Parte de un proyecto de Innovación Educativa
La formación realizada en estas sesiones, no obstante, no son formaciones aisladas sino que forman parte de un proyecto más ambicioso de innovación pedagógica en el que están inmersas las Escuelas Maristes de Catalunya y en el que IL3-UB contribuye aportando sus conocimientos y experiencia en nuevas metodologías educativas y en su aplicación y evaluación en los procesos de enseñanza-aprendizaje.
Dicen que sólo se conoce el 25% del funcionamiento del cerebro, pero cada nuevo descubrimiento arroja luz sobre nuestras capacidades y sirve para entender mejor nuestro proceso cognitivo. Igual que ninguna persona “se acostará nunca sin aprender algo nuevo”, la comunidad educativa no deja de buscar nuevas herramientas que le ayuden a construir un futuro mejor.
