La gestión ambiental en las organizaciones siempre ha sido un pilar importante sobre el cuál recaían responsabilidades cómo asegurar el cumplimiento de obligaciones legales y trámites ambientales o minimizar el impacto ambiental de los procesos existentes.
Actualmente, esta gestión ambiental puede tomar un papel crucial en las empresas ya que las administraciones públicas a nivel comunitario y local están dando pasos hacia la denominada economía circular (ver figura). Este pasado mes de mayo hemos tenido distintos ejemplos de esta deriva:
- La Unión Europea (UE) está tomando partido y estableciendo una dirección clara hacia un futuro más sostenible, ya que el Consejo de Europa aprobó la revisión del Marco Legislativo Europeo de Residuos. En este paquete de medidas, que en breve se procederá a su publicación en el Diario Oficial de la UE, destacan la implantación de una segregación de residuos en origen más estricta para mejorar la tasa de reciclaje, además de establecer unos requisitos mínimos para todos los regímenes de responsabilidad ampliada del productor. Es decir, los fabricantes de productos incluidos en estos regímenes deberán asumir la responsabilidad de la gestión de la fase de residuo de sus productos, para lo que se les exigirá una contribución financiera.
- Este paquete de medidas se suma a la “Estrategia Europea para los Plásticos en una Economía Circular” con la que se tomarán acciones para evitar el gran impacto que está teniendo el plástico en nuestros ecosistemas, tratando de transformar la forma en que los productos de plástico se diseñan, usan, producen y reciclan.
Algunas de estas medidas serán las de prohibir productos hechos de plástico de un único uso (como envases que contienen comida, vasos o cubiertos de plástico) o mejorar la tasa de reciclaje cambiando el modelo de recogida de envases de plástico por un sistema de depósito, devolución y retorno (SDDR).
- Por último, en Catalunya se ha creado el Observatori d’Economia Circular con el objetivo de convertirse en una organización dinamizadora de la economía circular y verde aportando conocimiento, acercar posturas y facilitar la transición a este modelo económico que apuesta por el principio de la sostenibilidad.
Como se puede observar, son muchos los retos que se plantean a las organizaciones para minimizar el impacto que producen en el medio ambiente.
Por consiguiente, realizar un análisis de ciclo de vida (ACV) de los productos y servicios que se ofrecen se convertirá en una herramienta fundamental para poder analizar de la manera más exacta posible el impacto ambiental que generamos con todas nuestras actividades. Con todos los datos que nos aporta el ACV podremos detallar cuáles son los puntos que requieren de mejoras y estableceremos acciones más eficientes, analizando desde el proceso de diseño de un producto hasta como el usuario final debe depositarlo para su correcta gestión.
Los Sistemas de Gestión Ambiental son herramientas que han resultado ser muy eficaces en las organizaciones que los han implantado para controlar y mejorar los aspectos ambientales relacionados con sus procesos. Debido a la incorporación del concepto de análisis con perspectiva de ciclo de vida en la nueva versión UNE-EN ISO 14001:2015 como requisito, se abre una posibilidad mediante la cual mejorar procesos de nuestra empresa e incidir de forma directa en la dirección estratégica de nuestra organización, para encaminarnos así hacia un futuro más sostenible.