Las pruebas de imagen son una herramienta clave en la atención hospitalaria, especialmente desde la perspectiva enfermera. Para profundizar en su papel dentro del entorno clínico y formativo, entrevistamos a David Coca Castro, coordinador del módulo de “Áreas de apoyo diagnóstico y terapéutico” del Máster en Cuidados Enfermeros al Paciente Hospitalizado del IL3-UB. En esta conversación, analizamos los retos, avances y oportunidades que ofrece la radiología en el ámbito asistencial.

Como coordinador del módulo de Radiología, ¿cuál consideras que es la relevancia de las pruebas de imagen en los cuidados y la atención a pacientes hospitalizados?
En mi opinión, las pruebas de diagnóstico por imágenes son capitales para un manejo eficiente de este tipo de pacientes. Desde un punto de vista cronológico, la dependencia de las pruebas de imagen está experimentando un crecimiento exponencial. Si tuvieron que pasar décadas desde las primeras radiografías clínicas en los albores del S.XX hasta que en los años 70 se pusieran en marcha los primeros TAC, fueron suficientes unos pocos años más para disponer, en los 80, de equipos de resonancia magnética, por poner un ejemplo. Además, la mejora constante de las técnicas hace que su aplicabilidad sea cada vez mayor. Si a ello le sumamos los procedimientos intervencionistas, la implementación de equipos híbridos y la llegada de la IA, me atrevería a decir que no somos conscientes de todo el potencial que tiene este campo.
En tu experiencia, ¿cuáles son los mayores retos que enfrentan los profesionales de la salud al integrar las pruebas de imagen en la atención a pacientes hospitalizados?
Debemos ser conscientes de que el proceso diagnóstico del usuario es una parcela más de su experiencia, de su paso por el sistema sanitario, y debemos acompañarlo tanto en la etapa diagnóstica como en el seguimiento de su enfermedad. Y señalo esto porque cada vez hay más pruebas a realizar, cada una con su preparación, cada una con el estrés que pueda suponer (por la exploración en sí, por sus resultados), y el manejo de todo ello también es más complejo para la enfermería.
Pongamos por caso que se le debe realizar una resonancia cardíaca a una paciente ingresada, con aislamiento por contacto, y que además tiene implantado un DAI, que se le deberá desconectar durante la prueba. Además, sufre de claustrofobia. Desde el servicio de Diagnóstico por la Imagen tendremos que coordinarnos con enfermería de planta para preparar correctamente a la paciente y tratar de asegurar el éxito de la prueba. Cuanto más conocimiento se tenga en hospitalización de las pruebas de imagen a realizar, más tranquilos y mejor preparados bajarán los pacientes, mejor quedarán los estudios, menos reprogramaciones, etc.
¿Cómo crees que la radiología puede mejorar el trabajo interdisciplinario entre enfermeras, médicos y otros profesionales de la salud en un entorno hospitalario?
Más que tratar de mejorar el trabajo interdisciplinar, yo diría que es necesario partir de un buen trabajo interdisciplinar para mejorar la atención que ofrecemos a nuestros pacientes. Asistimos a pacientes críticos, participamos en ensayos clínicos, realizamos estudios bajo sedación… todo ello no sería posible sin un buen equipo administrativo que programe los estudios, que se coordine con anestesia; no sería posible sin participar en comités, sin sesiones formativas con diferentes especialidades. De un tiempo a esta parte se están incorporando en nuestras unidades incluso ingenieros para el análisis de datos. Aun así, queda mucho trabajo por hacer.
¿Qué avances recientes en el campo de la radiología consideras que han tenido un mayor impacto en la mejora de los cuidados al paciente hospitalizado?
Son tantos y tan rápidos los cambios… Está claro que la locomotora tecnológica es imparable, y la enorme importancia de su aportación en nuestro ámbito es indudable. Pongamos, por ejemplo, mi propia experiencia laboral, siempre ligada al campo del diagnóstico por la imagen, radioterapia y medicina nuclear. Hace 30 años tenía que revelar en un cuarto oscuro las radiografías que realizaba con aparatos que iban con mandos y frenos a rosca. No hace tanto que nos traían los sobres de las historias clínicas de los pacientes ingresados y teníamos que rebuscar para encontrar las pruebas diagnósticas por imagen de estudios previos y poder comparar.
Por no hablar del tiempo que se tardaba en realizar 20 imágenes de TAC; ahora, en cambio, en unos pocos segundos consigues cientos de imágenes. Se ha logrado también instalar muchos equipos modernos en centros hospitalarios regionales, lo cual ha evitado infinidad de desplazamientos de ingresados a hospitales más grandes para hacerles determinadas pruebas. Todo ello revierte directamente en la calidad de la atención que ofrecemos, pero siendo críticos, hay que decir también que los avances necesitan ir de la mano de recursos que permitan reducir las listas de espera, que doten a las unidades de personal formado para realizar unas exploraciones cada vez más complejas.
¿Qué papel juega la formación continua, como la que ofrece este máster, en la actualización de conocimientos en pruebas de diagnóstico por imágenes para los profesionales de la enfermería?
Abre una puerta a un campo a menudo poco conocido para las enfermeras. Lo que está claro es que allá donde estés trabajando, ya sea llevando pacientes críticos, estando en una unidad de cirugía, donde sea, tus pacientes se habrán realizado o se realizarán alguna prueba de imagen. Así que, seguro que será provechoso que estés familiarizado con las diferentes técnicas, con sus preparaciones y riesgos, con el lenguaje propio de cada una de ellas que verás en los informes.
¿De qué manera las pruebas de imagen influyen en la toma de decisiones rápidas y eficaces en situaciones de cuidados críticos o emergencias en hospitales?
Contribuyen justo a eso, a ser ágiles en las situaciones que así lo requieran. Aportan información fundamental para la decisión terapéutica relativa a un enfermo. Se han creado circuitos muy eficaces como el de Código Ictus, por citar alguno, donde existe el compromiso de dar respuesta inmediata desde nuestro departamento.
Por otra parte, los hospitales de tercer nivel, especialmente, deben tener presente la capacidad de sus servicios de Diagnóstico por Imagen para asumir la gran cantidad de estudios solicitados a pacientes que presentan gran complejidad en su manejo.
¿Cómo ves el futuro de la radiología en los cuidados enfermeros hospitalarios? ¿Qué tendencias crees que dominarán la práctica profesional en los próximos años?
Igual que ha sucedido con los clínicos que, según su especialidad, han tenido que irse familiarizando con las diferentes técnicas de imagen, poco a poco iremos viendo que sucederá lo mismo en muchos puestos de enfermería. Hay enfermeras de práctica avanzada, por ejemplo, que necesitan saber interpretar los informes de ciertas pruebas de imagen. O quienes atienden en algunas consultas, etc.
Como he comentado antes, todo va muy deprisa. Son increíbles los avances que estamos viviendo en sanidad y estoy convencido de que aquellas profesionales que se adapten mejor y más rápido a los cambios, los sabrán aprovechar al máximo. Y eso beneficiará a sus pacientes.
Para aquellas enfermeras que están considerando matricularse en el Máster en Cuidados Enfermeros al Paciente Hospitalizado, ¿qué les dirías sobre la importancia del módulo sobre “Áreas de apoyo diagnóstico y terapéutico” de cara a su desarrollo profesional?
Seguro que les resultará útil en el desempeño de sus funciones, allá donde quiera que las realicen. Además, las actividades están planteadas para despertar su interés, para estimular su curiosidad, y eso siempre se agradece.