La prescripción enfermera se encuentra en plena evolución legislativa en España. En abril de 2025, el Ministerio de Sanidad presentó un nuevo Anteproyecto de Ley de Garantías y Uso Racional de los Medicamentos y Productos Sanitarios, que amplía el reconocimiento competencial de la enfermería en la indicación, uso y autorización de tratamientos.
Este paso responde a una demanda histórica del colectivo y busca mejorar la eficiencia del sistema sanitario, agilizar la atención a los pacientes y reforzar el papel de la enfermera en contextos clínicos donde su intervención ya es clave.

Qué implica la nueva ley del medicamento
Este nuevo marco legal actualiza la normativa vigente con el objetivo de adaptarla a la realidad del sistema sanitario actual, en el que distintos perfiles profesionales comparten competencias asistenciales.
Uno de los ejes principales de esta propuesta es la consolidación de la prescripción enfermera como una función reconocida legalmente, dejando atrás ambigüedades normativas y diferencias de interpretación entre comunidades autónomas. El texto establece que la prescripción por parte de la enfermería deberá realizarse siempre conforme a protocolos y guías clínicas oficiales, aprobadas por la autoridad sanitaria competente.
Aunque esta nueva ley del medicamento no amplía todavía los productos o medicamentos que pueden prescribirse, sí define una base jurídica clara y común para que se puedan desarrollar futuras ampliaciones. De este modo, se evita la dispersión normativa y se garantiza una aplicación homogénea en todo el territorio nacional.
El objetivo de esta reforma es doble: por un lado, reforzar la seguridad jurídica y profesional de la enfermería, y por otro, crear un marco legal que permita ampliar de forma progresiva y ordenada sus competencias, siempre con respaldo técnico, evidencia científica y protocolos clínicos consensuados.
Entonces, ¿una enfermera puede recetar?
Sí, una enfermera puede recetar medicamentos, pero solo en los supuestos y condiciones actualmente autorizados por el marco legal vigente. Esta capacidad requiere una acreditación oficial, emitida por la comunidad autónoma correspondiente, y el cumplimiento de los protocolos establecidos.
Hasta el momento, existen dos modalidades:
- Prescripción enfermera autónoma: para medicamentos no sujetos a prescripción médica (como antisépticos o material de curas).
- Prescripción enfermera colaborativa: para medicamentos sujetos a prescripción médica (como vacunas o ciertos antibióticos), siempre que haya un protocolo validado.
La nueva ley del medicamento mantendría este modelo, pero eliminaría trabas previas y lo reforzaría jurídicamente, sin ampliar de momento los productos que se pueden indicar.
Qué puede prescribir una enfermera en España
La prescripción enfermera ya está regulada y se basa en guías clínicas oficiales elaboradas por el Ministerio de Sanidad. Estas guías recogen intervenciones concretas en las que la enfermería puede actuar, siempre con acreditación y formación específica.
A día de hoy, las actuaciones autorizadas incluyen:
- Infección del tracto urinario inferior no complicada en mujeres.
- Deshabituación tabáquica con medicación.
- Manejo de fiebre en determinados contextos asistenciales.
- Aplicación de anestésicos locales en procedimientos clínicos.
- Seguimiento del tratamiento anticoagulante oral.
Un ejemplo reciente es la validación oficial en el BOE (agosto de 2024) de la guía clínica para la indicación de antibióticos en casos de ITU no complicada en mujeres adultas, lo que refuerza el papel de la enfermería en el uso seguro de antimicrobianos.
Estas actuaciones siguen reguladas por guías clínicas vigentes y marcan los límites actuales de la prescripción enfermera. El anteproyecto de ley no amplía directamente este listado, pero abre la puerta a que se desarrollen nuevas guías en el futuro, ampliando así el alcance de forma progresiva y regulada. Por tanto, el cambio es estructural, pero no implica modificaciones inmediatas en lo que puede prescribirse hoy.
Beneficios de la prescripción enfermera
La regulación de la prescripción enfermera no solo mejora la práctica profesional, sino que aporta beneficios tangibles al conjunto del sistema sanitario:
- Mayor agilidad asistencial, especialmente en atención primaria y seguimiento domiciliario.
- Reducción de cargas innecesarias para otros profesionales sanitarios.
- Mejora de la continuidad de los cuidados y del cumplimiento terapéutico.
- Reconocimiento real del papel clínico de la enfermería.
- Optimización de recursos públicos y mejora de la eficiencia organizativa.
Para la enfermera de atención primaria, esta regulación supone una herramienta clave para responder con mayor autonomía y eficacia a las necesidades del paciente en el primer nivel asistencial.
Cómo formarte para prescribir con garantías
Ejercer la prescripción enfermera requiere una base sólida de conocimientos y una preparación continua. No basta con conocer la normativa: es imprescindible comprender a fondo los principios farmacológicos, los protocolos clínicos actualizados y el uso riguroso de guías oficiales en cada intervención.
La acreditación profesional implica cumplir con unos requisitos formativos establecidos por las autoridades sanitarias, que incluyen formación específica, actualización constante y capacidad para aplicar criterios clínicos con seguridad.
En este nuevo contexto normativo, la formación no solo permite cumplir con la ley, sino también ejercer con responsabilidad, criterio profesional y plena confianza en la toma de decisiones. La consolidación de esta competencia es también una oportunidad para fortalecer el papel clínico de la enfermería y contribuir a un modelo de atención más resolutivo, seguro y centrado en el paciente.